"En evitar el narcisismo y el mercantilismo, radica la ética de la moda"

"En evitar el narcisismo y el mercantilismo, radica la ética de la moda"
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No es una frase mía, ojalá, sino de un catedrático de Filosofía de la Universidad de Navarra que ha impartido una conferencia magistral en el marco de la segunda jornada del I Congreso Internacional de Moda. Ya sabéis que estamos cubriendo el evento de una forma especial, y hoy ha merecido especialmente la pena.

Menos gente que en la jornada inaugural, pero con un debate muy activo en torno al concepto de moda como cultura, como representación de la humanización de lo humano, según Alfredo Cruz Prados. Y he decidido centrarme en esta conferencia porque la responsabilidad social corportaiva sólo sirvió para que los representantes de Mango y Cortefiel estuvieran encantados de exponer sus normas y reconocer que les queda mucho por hacer.

Pero sin duda, la creación de debate y el discutir sobre el hecho de que "si la moda pase desapercibida, pierde su valor antropológico", te hace pensar más, mucho más, sobre lo que nos rodea.

El filósofo Cruz Prados (y sigue resultándome chocante que las mejores conferencias hayan corrido a cargo de filósofos) sitúa la moda como un elemento cultural, siendouna parte activa de la humanización del ser humano. Somos lo que vestimos porque estamos. La moda reconoce nuestra realidad y nos permite cultivar una exigencia para entender la moda.

Al principio me costó entenderlo, y he tenido que leer mis notas varias veces, pero estoy completamente de acuerdo con Cruz Prados. Pensad en esto, "si la moda pasa desapercibida, pierde su valor antropológico". Estar en la moda es un acontecimiento de lo más humano. No es vestirnos con una piel como los prehistóricos porque tenemos frío. Es mucho más.

La moda se contradice si es pasiva, no está hecha para ello, y también si es abstencionista. La auténtica moda mediatiza, sobre todo nuestra personalidad, expresa algo más que nuestro cuerpo; así, la moda es un lenguaje propio.

Y algo que me dejó un poco sorprendida, y estuvo discutiendo con mi compañero de congreso Javier, "la forma de nuestra presencia depende del diseñador y de nuestro buen gusto; esta cooperación tiene un valor casi escultórico; esculpimos nuestra presencia física". Nosotros hemos llegado a la conclusión de que vestir de Chanel es llevar un poco de Chanel...

Hoy en día veo realmente acertada la necesidad que tiene la moda de dejar de ser vista como algo efímero, industrial, superfluo, para ser examinado en serio (muy en serio), y no sólo cuando se mira el movimiento económico.

La moda, para tener verdadero valor cultural, debe estar unida al mundo real, al vivir, lleno de presencias y de personas físicas. No es moda algo que no es ponible. Eso no es nada. Y, sobre todo, hay que evitar dos riesgos muy propios del siglo XXI:

  • convertirse en narcisista, en autoreferencial, jugueteando con lo creativo, siendo un acto meramente efectivo, casi museístico, desprendiéndose de lo real.

  • dejar de lado lo puramente mercantil; la moda debe renunciar a los valores de puro éxito comercial. La moda quiere engordar tanto a veces, que se desfigura.

Y en la mesura de estos dos valores, radica la ética de la moda. ¡Chapeu! A lo largo de esta segunda jornada he escuchado una frase genial, "la moda existe porque hay un observador". Espero que sigas observándonos en Embelezzia, ¡intentamos mejorar cada día!

Más Información | CIM En Embelezzia | Museo del Traje, I Congreso Internacional de Moda, Hoy nos convocó la moda

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