La rue des Capucines es una calle muy famosa de Paris de unos doscientos metros de largo, que empieza al principio de la Place Vendôme y acaba en la rue Cambon. La bautizaron así debido a un convento que existe en ella. En el año 1854, en el número 4 de esta calle, la firma Louis Vuitton abrió su primera boutique, que luego tuvo que vender en el año 1871 por culpa de la guerra.
El modelo Capucines, recupera pues el nombre de la calle de la primera boutique de la firma. Se trata de un tote bag elegante y atemporal, que pone de manifiesto ese savoir-faire tan característico de los maestros artesanos de la piel de Louis Vuitton.
Según los responsables de comunicación de la firma está realizado en piel de Taurillon (como el Birkin de Hermès) - un cuero grueso, de dos milímetros de espesor, que se obtiene mediante curtido mineral, y que destaca por su suave y particular grano -, que recubre el cuerpo del bolso, otorgándole una textura y un brillo muy particular.
Este modelo pertenece a la nueva colección “Louis Vuitton-Parnasséa”, que se presenta como la quintaesencia de la elegancia parisina.
La colección Parnassea nació como un homenaje a la capital francesa, y su nombre es una clara evocación al barrio de Montparnasse - cuna de poetas y artistas bohemios -, lo que lo convirtió en el centro intelectual y artístico de París.
Me hace gracia que haya optado por este nombre porque Montparnasse siempre fue cuna de movimientos vanguardistas tan importantes como el Surrealismo o la corriente francesa existencialista y, este bolso es todo menos transgresor.
Su única asa está forrada por la misma piel y unida al cuerpo del bolso por dos anillas que se han inspirado en algunos de los modelos de las joyas más clásicas de la maison.
El bolso presenta un preciosa y práctica solapa de piel, lo que permite lucirlo de dos maneras diferentes: mostrando las iniciales troqueladas en su mismo borde perfiladas en dorado - si optamos por proteger la solapa en el interior del bolso -, o sacándola por fuera para hacer que el bolso parezca más hermético y formal. En cuyo caso, sólo se podrá ver el adorno de la pequeña flor que forma parte del diseño del monogram de LV.
El nuevo bolso Capucines está disponible en color naranja, morado, negro, oliva, rojo y azul prusia. Por lo visto, desde que se lanzó en el mes de junio, las boutiques Vuitton de París, Milán y Londres se encuentran en rotura de stock. En los grandes almacenes donde la firma tiene un corner, se sirven con cuenta gotas, y las listas de espera empiezan a hacerse interminables haciéndose eco de las de Hermès con su famoso modelo Birkin.
Lo cual no deja de resultar curioso en esta época de tiempos revueltos si tenemos en cuenta que el modelo Capucines cuesta seis veces más caro que el famoso bolso de vinilo que tan famoso hizo a la marca.
Así que ya sabéis, si os habéis encaprichado del modelito, armaros de paciencia porque el modelo Capucines cultiva el arte del deseo insatisfecho, promovido con habilidad por la delicada Michelle Williams. ¡Lo bueno es que así podréis ir ahorrando!
Está claro que la idea de poner el logo en un segundo plano funciona, y es que los de LV, por fin, se han dado cuenta de que en el mundo no todos somos raperos.
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