Siguiendo con nuestros productos gastronómicos hoy le toca el turno a la producción nacional, y nada mejor para empezar con ella como algo tan típico y saludable como el aceite de oliva, el oro líquido como lo llaman algunos.
Ya de por sí el aceite de oliva virgen extra tiene unas cualidades tanto sensoriales como de calidad sanitaria excepcionales, pero hay variedades, como la de Abbae de Queiles de la que os vamos a hablar hoy que además tienen un valor adicional, que en este caso procede tanto de su producción limitada como de su sabor.
Este aceite procede de una zona situada entre Aragón y Navarra, con cultivos ecológicos de la varidad de aceituna arbequina, como comprenderéis, situadas cerca de un Parque Natural (Moncayo) y de cultivo ecológico, la cantidad que se recoge es muy limitada, por lo que el proceso de extracción del aceite es muy corto evitándose que las olivas pudieran deteriorarse durante la espera, lo que lo convierte en un aceite muy puro y refinado, con baja acidez y totalmente natural desde la siembra.
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