Joel Calata
EditorDesde que adidas y Bad Bunny unieron fuerzas para lanzar una selección de zapatillas que reinterpretan los modelos clásicos de la marca, dichos modelos causaron revuelo inmediato: no solo por su estética audaz, sino porque la combinación de colores ha hecho que sus zapas se conviertan en auténticos objetos de colección.
Ahora, con el lanzamiento del modelo Adizero SL 72, la marca nos ofrece una dualidad visual que podemos apreciar en unas zapatillas que parecen "un dos en uno", lo que precisamente las convierte en una pieza candente entre los sneakers que harán que todos te miren.
Para empezar, lo que salta a la vista es el contraste marcado entre las dos mitades que conforman el calzado: colores, texturas, detalles que no coinciden de manera simétrica, pero que cada lado ofrece personalidad propia, una especie de disonancia calculada que crea tensión visual, y resulta imposible que pase desapercibida.
La magia está en que esa dualidad no se queda solo en lo estético: los materiales y acabados también refuerzan la sensación de estar ante un híbrido intemporal que apuesta por los tonos tierra más apagados para llevar en los estilismos de otoño, y por otro lado toques más vibrantes en color rosado, con texturas que nos evocan a una zapatilla de espíritu deportivo y dinámico para el día a día.
Lejos de resultar caótica, la ejecución de esta zapatilla está pensada para que, vista de lejos o al andar por la calle, no parezca un error, sino una declaración de estilo que hace que cualquiera que te vea con ellas se pregunte: "¿Esa zapatilla es una o dos?" Y claro, comentarios hechos: misión cumplida.
Ni qué decir que estas Adizero SL 72 encajan con todo tipo de estilismos: desde los pantalones con pinzas para llevar a la oficina hasta ese conjunto de chándal que grita despreocupación en los días fríos del año, la idea es lucir su dualidad al máximo y sacarle provecho a estas zapatillas que estarán a la venta en la web de Adidas por 160 euros este 27 de septiembre, o ya mismo en la app de CONFIRMED.
Foto de Kseniya Lapteva en Unsplash
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