Hay preguntas que no tienen respuesta, pero la de que si ponerle piña a la pizza es o no válido, no es una de ellas. El argumento se encuentra en una vieja receta germana: las tostadas Hawái, una réplica de la pizza hawaiana en sus ingredientes clave y que combina acertadamente sus sabores y texturas. Te guste a ti más o te guste menos.
El origen de este plato se remonta a la Alemania de los años 50 y, por cercanía y cultura compartida, la asimilaron también los suizos. Es por ello que el padre de nuestra compañera Lilia Fuchs (de origen suizo) conocía la receta y la preparaba a menudo en su casa a la hora de la cena.
Es una receta sencilla, rápida y sorprendentemente sabrosa. Además, sus ingredientes son baratos y muy básicos. Estos son:
- Pan de molde
- Fiambre de jamón cocido
- Un queso fundente
- Piña en conserva
- Pimentón dulce
Se hacen al horno en pocos minutos, pues solo hay que tostar ligeramente el pan con un poco de aceite de oliva (o mantequilla). Después no queda más que alternar capas de jamón, piña y queso y hornear hasta que se derrita y gratine un poco. Se sirven calientes con pimentón y un poco de pimienta al gusto.
En lo que respecta al pan, quedan increíbles con uno tipo brioche. Además, el jamón cocido tiene que ser de buena calidad y el queso, bien fundente. Lo que es inamovible es que la piña tiene que ser en conserva o el sabor no será el mismo. Por último, si quieres añadirle un acompañamiento, unas patatas fritas caseras convierte a este plato en una cena de capricho.
Fotos | Directo al paladar
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