Viajar a través de la cocina es un placer sin igual, y si lo hacemos son un plato saludable, sabroso y ligero, mejor que mejor. En este caso, nos trasladamos hasta el sur del continente americano para hablar de las arepas, una especie de panecillos o tortitas planas de exterior crujiente, propias de la cocina latinoamericana, en especial en Venezuela y Colombia.
Normalmente, se elaboran con la típica harina de maíz precocida, pero en este caso le damos un twist a la receta para adaptarla a las necesidades de una dieta sin gluten, ya que empleamos la harina de garbanzo. Este tipo de harina se puede encontrar en cualquier supermercado o tienda especializada. Eso sí, para este plato necesitamos que sea precocida y la indicada para hacer arepas. Así nos aseguraremos de que sea fácil de manejar.
El interior de las arepas se puede vestir con una infinidad de opciones. Nosotras nos decantamos hoy por una alternativa que descubrimos en Vitónica y que apuesta por el relleno en forma de ensalada de aguacate y atún, ingredientes repletos de propiedades y nutrientes, además de sabrosos y deliciosos. Toma nota de esta sencilla receta que te salvará la cena en más de una ocasión.
Primero, debemos mezclar las harinas con una buena pizca de sal y echar casi toda el agua, removiendo con calma hasta que la textura sea homogénea. Seguimos agregando el resto del agua al mismo tiempo que controlamos para que no quede húmeda y blanda. El resultado debe ser una masa hidratada pero no pegajosa; así que podemos ñadir un poco de agua más si fuese necesario.
Cuando tengamos este paso listo, amasamos a mano hasta que esté suave y maleable, sin agrietarse en exceso. Para hacerlo, mejor con la mano ligeramente engrasada con aceite o humedecida si se quiere evitar que se pege y sea incómodo. Entonces, tapamos y dejamos reposar entre cinco y diez minutos.
Tras dejar reposar, dividimos la masa en unas ocho porciones pequeñas, (de un peso aproximado de 50 gramos), y hacemos unas bolitas. Después, aplanamos cada una formando tortitas de un dedo de grosor y las cocinamos en una sartén o plancha antiadherente ligeramente engrasada con aceite. Ahora toca cocinarlas por tandas a fuego medio hasta que estén doradas por fuera y cocidas por dentro.
Pasamos al relleno. Primero, machacamos en un bol la pulpa del aguacate y mezclamos con un chorro de zumo de limón. El tomate debe ser troceado en cubos pequeños y el atún escurrido, agregamos también. Lo último: el toque de perejil o cilantro picado, ajo y cebolla en polvo al gusto, sal y pimienta. Para acabar, abrimos cada arepa con un cuchillo de sierra y rellenamos al gusto.
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Con qué acompañar las arepas
Aquí entra en juego la imaginación. En Vitónica detallan que "si no las hemos hecho muy grandes, podemos tomar unas tres o cuatro unidades para la cena, acompañadas quizá de una ensalada de hojas verdes ligera, o un primer plato de cuchara como una crema de verduras o gazpacho. En formato pequeño y sin rellenarlas demasiado podemos servirlas también como picoteo o entrante de un menú más completo, o incluso de desayuno salado".
Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.
Fotografías | Vitónica
