A estas alturas de 2019, es imposible no haber escuchado las bondades que tiene la copa menstrual con respecto a otros productos sanitarios para la regla. Todo el mundo tiene una amiga, familiar o conocida que la ha probado e intenta convencer a las que todavía no lo han hecho de sus beneficios.
Ahora tienen un argumento más porque la ciencia acaba de avalar oficialmente la teoría con un estudio publicado en The Lancet Public Health, una de las publicaciones médicas más antiguas y prestigiosas del mundo. Este estudio ha concluido que el uso de la copa menstrual es seguro y efectivo. Además, también confirma que, al elegirla sobre otras alternativas más populares, ahorramos dinero y generamos menos residuos.
La copa menstrual se diferencia, principalmente, de otros productos en que recoge el flujo en lugar de absorberlo. Se inserta en la vagina y hay que vaciarla entre cada cuatro y doce horas. Los materiales usados para su fabricación varían y pueden ser de silicona, caucho, látex o elastómero de grado médico. Pueden durar hasta 10 años.
Este estudio es la primera revisión sistemática que se ha realizado sobre el uso de este nuevo y revolucionario producto de higiene femenina. Para ello se ha analizado el uso internacional de la copa menstrual teniendo cuenta datos de 3.300 mujeres y niñas procedentes de 43 estudios médicos, resúmenes de conferencias, informes y tesis.
De este modo, ha estimado que una copa menstrual, teniendo una vida de 10 años, generaría tan solo un 0,4% de los desechos plásticos que produce el uso de compresas desechables y el 6% de los residuos derivados del uso de tampones.
Así mismo, no detectó un aumento de riesgo de infección con su uso pero sí casos de síndrome de shock tóxico. Aunque se desconoce el número total de casos, por lo que no es posible comparar el riesgo existente con respecto a otros productos.
Por otro lado, en al menos tres de los estudios, detectó fugas en una cantidad similar a la efectividad de compresas y tampones. Incluso, uno de los estudios detectó menos pérdidas con el uso de copa menstrual.
En algunos estudios, estas fugas se asociaban con sangrados anormalmente intensos, alteraciones anatómicas del útero, la necesidad de una copa más grande o a una colocación incorrecta.
En cuatro estudios se descartó que el uso de la copa menstrual tuviese efectos adversos en la flora vaginal ni daño tisular. En total, hubo dos casos de dificultad para retirar copas vaginales y hasta 47 casos de dificultad para retirar copas verticales (un tipo de copa que se coloca alrededor del cuello del útero). Así mismo, también hubo algún caso de heridas o alergias.
Algo que ha puesto de manifiesto este informe es que existen pocos estudios sobre la calidad de los diferentes productos sanitarios disponibles. Los investigadores señalan que la calidad de los estudios incluidos era baja y se necesitarían más investigaciones al respecto.
Aunque, algo que sí han asegurado es que el 70% de las mujeres continuaría usando copas menstruales una vez familiarizadas con su uso.
Fotos | Instagrams de climatica.pe, gittemary y goingpure.
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