El sexo sin consentimiento se llama violación. Es así de simple. Y sin embargo, estamos acostumbrados a escuchar a diario noticias relacionadas con posibles casos de violación, juicios mediáticos y todo tipo de historias donde la cosa no parece estar tan clara.
Sin embargo, para la tuitera Nafisa Ahmed de 22 años la diferencia entre sexo consentido y sexo no consentido es muy fácil de entender. Sólo necesito unos cuantos tuits y una metáfora para conseguir que todo el mundo, hasta los más despistados lo entiendan.
Ocurrió hace unos meses, cuando en pleno debate sobre la noticia de que un estudiante de la Universidad de Stanford, Brock Turner, fue declarado culpable de abusar sexualmente de una mujer inconsciente y una de las razones con las que intentó defenderse fue que aquel asunto formaba parte de la cultura del alcohol y la fiesta universitaria, el sexo descontrolado y un poco salvaje, etcétera, etcétera. Que la culpa era del ambiente y de beber de más.
La ambigüedad del consentimiento es una de las razones que se alegan en muchos casos de violación, los malentendidos y, en algunos casos, hasta echarle la culpa a la víctima. Y precisamente en pleno debate sobre este juicio y alguna noticia del estilo, la tuitera Nafisa Ahmed decidió explicar con una sencilla analogía qué era violación y qué no, remarcando al final de su cadena de tuits que le parecía increíble que todavía hubiera gente que no lo terminara de pillar.
Visto así parece realmente simple de entender. El sexo sin consentimiento es una violación y nunca es culpa de la víctima. No hay más que decir, señoría.
No es la única explicación que nos ha encantado
La analogía de Nafisa Ahmed se ha convertido en viral y nos encanta por su sencillez e inteligencia, pero no es la única que nos hemos encontrado en las redes sociales que explica perfectamente en qué consiste una violación para que no hay malentendidos de ningún tipo ni ambigüedades que alegar.
En este caso se trata de un vídeo muy sencillo realizado por Blue Seat Studios donde se explica este tema usando como ejemplo una taza de té. Y sí, razonando que por mucho que le preguntes a la gente inconsciente si quiere té no te van a responder... porque están inconscientes. Vamos, que no van a tomar té.
La gente inconsciente no puede tomar té. Ni tener sexo.
Fotos| Unsplash.com
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