Así es ser padres antes de los 30: hablamos con cuatro personas que nos cuentan cómo afectó a su vida

Así es ser padres antes de los 30: hablamos con cuatro personas que nos cuentan cómo afectó a su vida
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Los tiempos y las circunstancias hacen que alarguemos cada vez más el momento de ser padres, y la edad media de maternidad ha pasado de ser a los 30,84 años en 2007 a ser de 32,08 años en 2017. Parece que nunca alcanzamos la necesaria estabilidad laboral y sentimental, y que es más común que seamos padres rondando los 40 que antes de los 30 (en 2015, el 7,4% de las madres primerizas era mayor de 40 años). Pero hay personas que han sido padres jóvenes y están realmente contentos con ello. Hablamos con cuatro madres y padres que nos cuentan cómo es ser padres antes de los 30.

La noticia, una sorpresa en algunos casos

Para Jesús, redactor de contenidos web como autónomo y padre con 30 años, la noticia no fue tan sorpresa, ya que tenían trabajo estable, un piso en propiedad y llevaban varios años de convivencia. "La hermana de mi mujer ya había tenido hijos y lo que nos permitió ver de cerca su experiencia. Ver que les iba bien nos reafirmó en la decisión de ser padres" nos comenta Jesús.

En el caso de Lucy (madre a los 27 años, autónoma) también fue un embarazo buscado y recibido con mucha alegría y emoción, aunque "también un poco de miedo y nerviosismo por ser algo completamente nuevo y desconocido".

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En el caso de Patricia, @misspetitep en redes sociales, ingeniera, madre a los 27 años, sí que fue una total sorpresa, aunque el entorno se alegró muchísimo. Afirma que no se siente 100% preparada para ser madre, aunque como bien dice "¿quién lo está?".

También Sandra, madre a los 26 años, trabajando de camarera actualmente, también se quedó embarazada por sorpresa, "aunque cuando nos enteramos nos hizo muy felices y todo el entorno lo vivió con mucha ilusión". Cree que nunca es el mejor momento para ser padre o madre: "vas aprendiendo día a día y cada vez te sientes más seguro y preparado"

Lo mejor de ser padres jóvenes

Jesús nos dice que con 30 años estás mejor físicamente: "dormir poco es soportable, correr detrás del niño que se escapa en el parque es posible. También puedo caminar mucho rato con mi hijo a hombros sin que me duela la espalda demasiado. O llevarle en brazos mientras que con la otra mano empujo el carrito. Podría decir que físicamente son todo ventajas".

Lucy también considera que hay muchas ventajas a ser madre joven: "la juventud, la energía y ese empuje de poder hacer las cosas que tenemos cuando estamos en los veintes. Creo que tener hijos antes de los 30 es lo mejor biológicamente hablando, hay menos riesgos de que se presenten complicaciones en el embarazo, por ejemplo. Además considero que antes de los 30 es más fácil adaptarse a todos esos cambios que llegan con la maternidad".

Familia

Otra gran ventaja de ser padres jóvenes es lo que nos comenta Patricia: "cuando llegas a los 50 y tienes a los hijos criados, mientras que los amigos de tu edad aún están en pleno jaleo de colegios, además de llevarte una menor diferencia de edad con los hijos".

Además de que tienes más ganas de hacer cosas como dormir poco o comer a deshoras, Sandra cree que "disfrutas del niño siendo más joven y en principio muchos más años, además los abuelos del niño no son tan mayores puedes dejárselo para descansar un poco y hacer vida en pareja, que al principio es difícil compaginarla con la paternidad".

Lo peor de ser padres pronto

Jesús también ve algunas desventajas a ser padres pronto: "la mayoría de tus amigos hacen planes de viajes que no te puedes ni plantear, quedadas improvisadas a las que no puedes acudir porque para dejar a los niños con alguien hay que planearlo con tiempo... Sales una vez al mes pero al día siguiente no puedes ni levantarte más tarde de lo normal, no digamos ya si tienes resaca".

Patricia cree que la precariedad laboral es una de las grandes desventajas de ser madre joven: "si estás empezando tu carrera laboral y te quedas embarazada eres "incómoda" para la empresa y ralentiza el despegue de tu carrera". Los sueldos de los millennials siguen siendo muy bajos, los alquileres suben, provocando que los jóvenes tengan que invertir hasta el 65% de su sueldo en pagar la vivienda, así que pocos se plantean ser padres.

Sandra también piensa que la estabilidad económica con 26 años es menor, y que "el cambio de vida es muy brusco, dejas de hacer cosas como salir con los amigos de cena o viajar".

Una experiencia que te cambia la vida

Tengas 20, 30 o 40 años, ser padres es una experiencia que te cambia la vida, te hace modificar tus prioridades, tu forma de organizarte y te descubre muchas cosas nuevas, pero queremos saber cómo les ha afectado a ellos.

Profesionalmente te puede afectar bastante: "Si no tuviese hijos echaría más horas y ganaría algo más, pero no es algo diferente a lo que pasaría si en lugar de con 30 los hubiese tenido con 35 o 40 años" nos explica Jesús.

También te afecta socialmente cuando el resto de tu entorno no tiene hijos nos cuenta Jesús: "Tengo mucho menos tiempo de ocio y sobre todo me resulta difícil quedar con amigos sin hijos, ya que aparte de yo tener poca disponibilidad, ellos se mueven en otros horarios. Ocurre que pasan varias semanas en las que sólo hablo con mi pareja, mis padres, mis suegros, mis cuñados... El circulo familiar más cercano que además siempre tiene como centro de atención los niños".

Lucy nos comenta que el estilo de vida y las rutinas cambian: "dejas de hacer ciertas actividades, tus intereses ahora son otros y todo eso hace que tu vida cambie, particularmente en el aspecto social. En lo profesional, y hablo especialmente en el caso de las mujeres, las cosas pueden volverse complicadas, pues si antes estábamos enfocadas en nuestras carreras, ahora nos replanteamos nuestros objetivos y tenemos que buscar la manera de atender ambos papeles, el de madre y profesional".

Erin

A nivel de planes tu vida cambia mucho, como nos explica Patricia "hemos ganado en salidas tranquilas con familias parecidas y perdido fiestas nocturnas, Aún así no siento que haya renunciado a tanto en mi vida social".

En cambio, Sandra nos dice que no ha tenido ningún problema en el trabajo y su vida social es muy parecida a la de antes.

Cómo reorganizar tu vida

Todos nos comentan que una planificación económica es fundamental: "hay muchos gastos e inversiones que debes hacer cuando comienza a crecer la familia, por lo que estar preparados y conscientes de ésto es algo muy importante", nos explica Lucy.

También cambia mucho la manera de organizarse, y las prioridades de tu vida, a veces las mujeres nos vemos obligadas a escoger entre trabajo y maternidad, como nos cuenta Lucy: "cuando me convertí en madre trabajaba tiempo completo en una oficina y regresar después de la baja maternal fue terrible para mí. Terminé renunciando un año después porque no podía con la culpa y sentía que me estaba perdiendo la edad en la que más me necesitaba mi hija. El trabajo podía esperar, ella no."

Patricia afirma que laboralmente tener un hijo le ha afectado negativamente, ralentizando la evolución de su carrera, y que para organizar tu vida "hay que priorizar". "He tenido que parar de trabajar unos meses por temas de salud, y después he retomado el trabajo con más calma".

Lo que más miedo le dio a Sandra con la maternidad fue el tema económico: "todo lo que hay que comprar para la llegada del bebé es carísimo, pero por suerte tenemos una familia que nos ha respaldado muchísimo económicamente, además de tener un sueldo los dos miembros de la pareja". Como nos dicen los demás padres jóvenes, la estabilidad económica nunca piensas que la tienes hoy en día, "pero quitándote algún capricho y organizándote bien, todo se puede conseguir".

Pese a todas las dudas y miedos que nos planteamos cuando queremos ser padres, sobre todo si somos jóvenes, Patricia piensa que "la estabilidad nunca es real, sino es un trabajo nuevo, es un ascenso o una hipoteca, hay que hacer las cosas con cabeza pero asumiendo que va a ser un esfuerzo maravilloso"

Como nos aconseja Lucy "esperar a tener estabilidad" si bien es una forma responsable de pensar, no siempre es lo ideal o realista. "Sinceramente creo que nunca hay un momento perfecto y exacto para hacer las cosas, sino que depende de nosotros el lograr que funcionen, tengamos la edad que tengamos".

Fotos | Erin Brockovich, Where the heart is

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