Louis Vuitton Primavera-Verano 2010 o cómo Marc Jacobs se queda con todos

Louis Vuitton Primavera-Verano 2010 o cómo Marc Jacobs se queda con todos
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No, no me he equivocado de foto: con su colección de Primavera-Verano 2010 Marc Jacobs le ha dado totalmente la espalda a Louis Vuitton. Y es que si antes reíamos al unísono sus gracietas en forma de provocaciones y convertíamos con halagos sus excentricidades en tendencias visionarias, esta vez no cuela. No ha colado. Porque casi ninguna de las propuestas vistas hoy sobre la pasarela parisina merecen una lectura benévola.

O sí. Ahí está la trampa.

¿Queréis verlas?

Y no. No me he vuelto a equivocar. Esto no es Comme des Garçons. Es Louis Vuitton. Y yo no entiendo nada.

A primera vista es una mofa más que una visión. Es un despropósito perpetrado por un chico con problemas de peso y exceso de talento al que todos adoran porque una vez lo dijo Anna Wintour.

Una lástima. Porque el universo conejitas de la colección de Otoño-Invierno 2009/2010 me pareció una vuelta de tuerca sexy al esteriotipo clásico del ladylike. La especialidad de Jacobs: jugar a ser un niño malo y perverso y salir ovacionado del paso.

Pero este juego de superposiciones, pelucas, ciclistas, sandalias peludas y estética de lolita esquizofrénica, no la compro. Eso sí:estoy segura de que la campaña que ilustre semejante pack va a ser caricatura pura. Caricatura de las mujeres que se mueren por un logo y compran con los ojos cerrados lo que les echen aunque espante al más osado.

Los complementos son lo único que a priori se salva. Especialmente las maxi bandoleras de candados. Doy por sentado que van a causar furor y clones a mansalva.

Lo mismo pasará con estos bolsos-saco de tela.

Los clutch globo.

Y sí: las riñoneras. Porque Jacobs tiene justamente el don de convertir en objetos de deseo aquello caído en el baúl de lo horroroso.

Y sino tiempo a este calzado…

Mientras escribo esto sé que en un momento dado tendré que comerme mis palabras…Y ya se me están atragantando.

Porque a Marc lo quieres pillar en un renuncio y desmontarlo y al final, sus horteradas con barniz de ingenio, te acaban conquistando.

En Trendencias | Marc Jacobs ¿Genio o showman?

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