Céline ¡te quiero! ¿Cómo puedo conquistar a tu Trapeze?

¿Os ha pasado alguna vez que habéis mirado a alguien y os habéis enamorado a primera vista sin tener ni siquiera una primera toma de contacto? A mi sí, pero no con alguien sino con algo. Y es que desde el primer día en que vi al Céline Trapeze supe que nacía una bonita historia de amor (no) correspondida. Y lo de no es porque a no ser que se me crucen los cables y se me fundan los fusibles o me toque el Euromillón, jamás podré gastarme lo que cuesta este modelo. Una pena, pues mi corazón palpita cada vez que lo veo y en el estómago miles de mariposas revolotean con cada versión que la firma lanza.

Pero al igual que la resignación que tengo con mi amor imposible con Ryan Gosling, el Trapeze de Céline siempre estará en mis sueños. Tricolor, monocolor o con piel de cocodrilo. Todas sus variantes son perfectas y estupendas.

Y sí, una de las cosas por las que me gustaría ser blogger de éxito es para poder lucirlo. Y es que parece que si no lo tienes no molas. Así que Aimee, Jules, Chiara o Gala lo tienen dentro de su particular colección. ¡Bravo por ellas! (La envidia aflora a medida que sigo escribiendo. Pero estoy bien, eh...).

Un modelo ¿asequible?

Así que si eres de las que lo necesita para poder seguir con tu día a día pero tu cuenta corriente no te lo permite, quizás esta opción te sirva. Dicen que un clavo saca otra clavo y las versiones que Zara nos propone son del todo interesantes pero, ¿de verdad creéis que son low-cost?