Siempre he pensado que hacer ciencia ficción es tremendamente complicado. Hacerla bien, que ciencia ficción mala hay mucha. Hacerla lo suficientemente creíble como para meterte en la historia de lleno y pensar que podría pasar. Pero al mismo tiempo, hacerla lo suficientemente insólita como para sorprenderte. Hacerla con buen gusto, usando los efectos especiales con delicadeza y talento, sin que se perciba todo como una figura impostada. Crearla con un guion interesante que vaya más allá de una trama sorprendente. Y encontrar un reparto que pueda interpretar un mundo que puede que ni siquiera exista, pero lo haga con la suficiente pasión como para que me lo crea de principio a fin.
Todo esto que parece imposible, es lo que hizo George Miller con una de las mejores películas de ciencia ficción contemporáneas que se estrenaba en 2015, que ya se ha convertido para los expertos en un clásico moderno de la ciencia ficción post-apocalíptica. La maravillosa ‘Mad Max: Furia en la carretera’, una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia.
La historia nos lleva a un futuro distópico en el que la ley y la sociedad ya no existen. Todo es un desierto plagado de sangre, fuego y muerte. Como si el cambio climático hubiera cambiado por completo la Tierra tal y como la conocemos. Sin embargo, hay dos rebeldes que son capaces de restaurar el orden perdido: Max, que sigue buscando su propia paz tras la muerte de su mujer y su hijo; e Imperator Furiosa, una misteriosa mujer que trata de sobrevivir en este peligroso viaje hacia su hogar.
Charlize Theron y Tom Hardy, los protagonistas de la película, tuvieron un enfrentamiento durante el rodaje que terminó con la actriz pidiendo protección y “muerta de miedo”, pero ambos están fantásticos en ‘Mad Max: Furia en la Carretera’. Tanto que ni se nota que no podían ni verse. Interpretan sus personajes con tanta pasión que cuando uno de los dos aparece en escena, todo lo demás no importa. Junto a ellos Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Zoë Kravitz y Abbey Lee, entre otros.
La fotografía de John Seale y la banda sonora de Junkie XL podrían ser un tema aparte porque consiguen al mismo tiempo una sensación de vacío y plenitud, de muerte y de vida. ‘Mad Max: Furia en la carretera’ es un auténtico espectáculo visual que engancha como pocos y donde lo importante es todo lo pasa delante de tus ojos. La película da tanta importancia a la imagen que los diálogos resultan escasos y hasta reducidos a la mínima expresión. El guión escrito por Miller junto a Brendan McCarthy y Nick Lathouris, se centra en convertir esta historia en lo suficientemente coherente para que tenga todo el sentido del mundo, y lo suficientemente loca para volarte un poco la cabeza.
La película vivió años de traumas y conflictos hasta llegar al cine, como nos explican desde Xataka. Desde los atentados del 11 que retrasaron el comienzo de su rodaje hasta problemas legales en su post-producción y distribución. No obstante, nada de eso importa ahora porque estamos ante una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años.
Tomo prestadas las palabras de mi compañero John Tones para decir que ‘Mad Max: Furia en la carretera’ “funciona como montaña rusa de escabechinas metálicas y como tesis humanista sobre el futuro de nuestra especie. A menudo, con ambas vertientes dialogando entre sí”. Es compleja pero a su vez, visceral. Es una orgía de acción y destrucción que se come la pantalla y que la convierte en una obra maestra. Un planazo perfecto para un fin de semana.
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