Hay algo que no soporto y es que alguien sea incapaz de concebir que lo que hace que el true crime sea interesante no tiene nada que ver con el morbo. Es cierto que el género le debe parte de su popularidad a que, narrativamente hablando, son buenas historias. Sin embargo, si a tantos nos obsesiona es porque no hay nada más humano que querer entender lo incomprensible. Llevo consumiendo crimen real casi a diario desde hace cinco años y todos los días aprendo algo nuevo sobre defensa personal, psicología, sociología e incluso de derecho penal. Uno de los casos que más me ha servido para ello es el crimen de Patraix, que vuelve a estar ahora mismo de actualidad porque Netflix lo ha llevado a la ficción. Así que, sí, ya he visto 'La viuda negra' y te voy a contar qué puedes esperar y qué no de la película.
Los hechos reales
Aunque, hasta ahora, el caso había pasado algo desapercibido a nivel mainstream, debido a que tanto el crimen como el juicio coincidieron en el tiempo con el de la Guardia Urbana, tiene una de las tramas más complejas de la crónica negra española reciente. Resumidamente para quienes no lo conozcan (y para poder entender lo que viene después):
En agosto de 2017, Antonio Navarro (un ingeniero de 35 años) fue encontrado asesinado en el garaje de su residencia (en el barrio valenciano de Patraix) con múltiples puñaladas y sin señales de defensa. Aunque, inicialmente, se barajó la posibilidad de un intento de robo fallido, pronto la policía se dio cuenta de que nada cuadraba...
Cabe destacar que el grupo de homicidios de Valencia encargado de la investigación ostenta el mayor porcentaje de resolución de casos en España y, desde bien temprano, se dieron cuenta de la actitud sospechosa que tenía Maje, la viuda del asesinado, que descubrieron que mantenía una doble vida en la que aparentaba ser una persona fuertemente influida por su educación ultrarreligiosa pero que, secretamente, se había construido una auténtica red de amantes devotos a golpe de mentiras.
Gracias a la buena intuición y a la perseverancia durante meses de este grupo de homicidios de la Policía Nacional consiguieron resolver con pruebas irrefutables que Maje había manipulado a Salva, uno de esos amantes, para que lo asesinara por ella y, de este modo, vivir sin ataduras y cobrando la pensión de viudedad y los seguros de vida de su marido.
Los aciertos de 'La viuda negra'
Cuentan desde la productora Bambú que decidieron hacer una película y no una serie de este caso porque consideraban que no ofrecía los suficientes giros de guion como para dividirlo en capítulos. Esto ha dado como resultado una excelente película de sobremesa, perfecta para quienes no sepan nada o casi nada del crimen y quieran enterarse de lo básico. Son poco más de dos horas de metraje en las que se ha dramatizado lo más importante del caso de forma fiel a la realidad.
Además, los actores que interpretan a los asesinos (Ivana Baquero y Tristán Ulloa) están absolutamente creíbles en su caracterización. Aunque no lo suficiente como para que no les robe el protagonismo Carmen Machi, que no esperaba que fuera a brillar tanto como inspectora de policía (por favor, que le den más papeles así).
Por lo tanto, creo que la 'La viuda negra' es muy recomendable como puerta de entrada a toda persona que le despierte interés el caso pero tampoco quiera dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. La película hace un resumen (sin morbo) que sirve tanto para quedarse ahí como para ser un primer hilo del que tirar para seguir investigando después. Para ello, yo recomiendo la docuserie de Triun Arts (lo mejor documentado y más completo que hay publicado hasta la fecha) o los dos programa que le dedicó 'L'hora fosca' (donde hablan los investigadores reales).
Lo que le falta a 'La viuda negra'
Por lo tanto, la película se queda corta para todo el que ya conozca el crimen. Sin embargo, esto no se debe a que lo que se dramatiza ya lo conozcamos de antemano sino a que no profundiza lo suficiente en la psique de los personajes que, en realidad, es lo interesante del caso.
Es cierto que hace un intento por no dejárselo en el tintero, pero no le da tiempo... Porque yo discrepo con la productora y opino que sí, que el caso sí da para una serie. Al menos para quienes de verdad nos interesa el true crime. Por suerte, al quedarse en lo superficial, la película salva no caer en el morbo siendo respetuosa no mostrando ni el crimen ni el cadaver y eliminando de la historia a todos los familiares y amigos que no fueran intrínsicamente imprescindibles.
Al mismo tiempo, esto algo que se ha seguido tan a rajatabla en el guion que incluso le juega a la contra. No se pueden entender las motivaciones profundas de Maje y de Salva sin ir a las raíces de la educación represiva de ambos. Sobre todo, la de ella, que veía preferible ser una viuda asesina a divorciada, y cuya imposibilidad de haber desarrollado libremente su personalidad podría haber influido directamente en su narcisismo. Por no hablar de que, probablemente, no se habría casado nunca con Antonio para poder salir del control de su casa familiar.
Por otro lado, se obvia la importancia que guardan los ataques de celos de Salva con los dos momentos claves de la investigación que acaban delatándolos y, posteriormente, condenándolos a ambos y que, desde mi punto de vista, lo pintan como alguien que no es ni tan pánfilo ni tan inocente como se cree.
Por lo tanto, aunque me duela un poco decirlo porque Bambú ha firmado true crimes tan buenos como 'El caso Asunta', creo que con 'La viuda negra' han desaprovechado la oportunidad de ficcionar un crimen real que podía haber sido todo lo brillante, complejo, profundo y revelador que la realidad le servía en bandeja.
Fotos | Netflix
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