En una de sus visitas a El Hormiguero, Tamara Falcó habló sobre su problema con la comida. Lejos de cenas de gala y vestidos de alta costura, la marquesa de Griñón se pronunció con total honestidad sobre una etapa compleja de su vida: engordó casi 20 kilos por culpa del estrés y la ansiedad. Y lo contó así, sin adornos: "Solo comía filetes y tortilla de patatas".
Durante la pandemia, Tamara se refugió en casa y, como ella misma explicó, en la comida. "Estaba en casa metida, todos mis problemas se me venían encima y solo comía eso", confesó ante Pablo Motos. Lo que comenzó como una respuesta emocional acabó convirtiéndose en una rutina autodestructiva.
Fue su madre, Isabel Preysler, quien encendió la alarma: "Me decía que no sonreía, que no se me veían los ojos", contaba Tamara. A partir de ahí comenzó el cambio. Falcó reconoció que no fue inmediato ni fácil, pero que algo dentro de ella entendió que debía parar.

Acudió a una clínica especializada, incorporó ejercicio físico a su rutina diaria, recuperó el yoga como terapia y, sobre todo, aprendió a entenderse mejor. "Tenía mucho estrés y conseguí sobrellevarlo. Después, mis dietitas, el deporte y las visitas a la clínica", relató con una naturalidad sorprendente.
En otra entrevista, Tamara reconoció que incluso necesitó ayuda psicológica para comprender qué le estaba pasando. "Fui al psicólogo porque comía un montón… el duelo por la muerte de mi padrastro no lo había pasado", reveló.
Fotos | Gtres
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