Mientras un amplio de los miembros de la realeza se decantan por la nieve, Juan Carlos I siempre ha mostrado un gran afán por el mar. Prueba de ello es que gran parte de sus visitas a España vienen motivadas por su vínculo con el Real Club Náutico de Sanxenxo y las regatas que éste habitualmente organiza. Sin embargo, en el último encuentro el emérito NO ha estado presente como a él le gustaría.
Fue el pasado fin de semana cuando el padre de Felipe VI tenía previsto conformar la tripulación de su adorado Bribón en las regatas celebradas por el Campeonato de España de clase 6M que tuvieron lugar el sábado y domingo. Pero no, un bache en su estado de salud se lo hizo imposible. Concretamente, un catarro. Revés por el que el soberano disfrutó de la jornada desde las gradas.
Juan Carlos, que fue recogido por su amigo Pedro Campos, presidente del Club Náutico, en el aeropuerto, habría seguido el consejo de sus médicos de no permanecer durante un tiempo prolongado bajo el sol y de evitar los cambios bruscos de temperatura. Cosa que sí pasaría si se hubiera subido a la embarcación.
Recordemos que el emérito, del que se espera que regrese a España en mayo para asistir a las próximas regatas de Sanxenxo, ha tenido mucha presencia en los medios de comunicación en las últimas semanas. Por un lado, lo vimos pasándolo en grande (aunque Doña Sofía le hiciera un poquito de ghosting) en la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, para después acudir a la misa por el mes del fallecimiento de Fernando Gómez-Acebo.
Fotos | Gtres
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