Dos años han pasado ya desde que Urdangarin y Ainhoa Armentia fueron fotografiados a orillas del mar. Agarrados de la mano, con la brisa de la costa francesa acariciando sus rostros, Iñaki y una mujer que no era la infanta paseaban su amor frente al mar. Algún avispado, tras comprobar que aquel hombre era el yerno de don Juan Carlos, sacó el teléfono y captó la instantánea.
Y vaya si dio que hablar aquella imagen. Fueron semanas de máxima expectación mediática. La prensa se agolpó a las puertas del despacho de abogados en el que trabajaban los amantes y en televisión no se hablaba de otro tema. La infanta, angustiada, lloró sobre los hombros de su hija Irene y buscó consuelo después en su padre. Juan Carlos, sin atisbo de duda, le aconsejó el divorcio.
Le costó convencerla, pero Cristina entró en razón. Su matrimonio estaba roto y debía zanjarlo cuanto antes. Lógicamente, sería necesaria una negociación con el padre de sus hijos. Juan Carlos intervino en ella y, al parecer, ya hay acuerdo definitivo. Se ha especulado con todo tipo de cifras, pero desde El Confidencial Digital cierran un número: 25.000 euros mensuales desde que se formalice el divorcio. Además, Urdangarin habría recibido ya un millón de euros y se le ingresará un segundo después de la firma, tal y como menciona Informalia.
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina
Sea como fuere, la fecha ha llegado. A finales de este mismo mes tendrá lugar el gesto más esperado por don Juan Carlos. Su hija Cristina cogerá el bolígrafo y firmará, junto a Iñaki, el papel que demuestre ante la ley que ya no comparten nada, a excepción de sus hijos.
Fotos | Gtres
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