Tamara Falcó e Iñigo Onieva tienen que cambiar su ritmo de vida. La clínica de fertilidad ya les habría lanzado un aviso

Después de unirse en matrimonio, Tamara e Íñigo tenían claro el próximo paso: convertirse en padres. Para ello, contrataron los servicios de la Clínica Fertilitas, un centro donde trabajan en base a la Naprotecnología, una nueva ciencia reproductiva que se que estudia las causas de la infertilidad. Falcó optó por este método porque respetaba sus valores religiosos.

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Tras varios meses de intentos fallidos, la pareja ha tirado la toalla. Tal y como anunció Letizia Requejo en 'TardeAR', la hija de Isabel Preysler aparca temporalmente su tratamiento para convertirse en madre. Sobre este asunto, la propia Tamara habló ante los medios: "Hay ciertas cosas que si no pasan... pues es que no son para nosotros", aseguró.

Consciente de que tiene una edad complicada, Tamara no se obsesiona con la maternidad. Deja el asunto en manos de Dios y que pase lo que tenga que pasar. Según lo dicho en Telecinco, desde la Clínica a la que acudía la pareja les advirtieron algo: el método que utilizan no es compatible con el ritmo de vida que llevan.

Tamara Falcó e Iñigo Onieva

Al parecer, el proceso "exige para ambos 'pacientes' unos horarios estables, ordenados, tranquilidad, reposo, control del entorno... Unas características poco compatibles con la ajetreada agenda laboral y personal del matrimonio...", explican desde Informalia. Por ese motivo, Íñigo y Tamara han dejado a un lado el tratamiento.

Fotos | Gtres

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