Alejandra Rubio se ha jugado su carrera con el vídeo en defensa de Pietro, el hermano preso de Carlo Costanzia. Los famosos olvidan que con su altavoz también tienen una responsabilidad

La hija de Terelu Campos se ha cubierto de gloria. Esta semana, Alejandra Rubio apareció en un vídeo publicado por su pareja, Carlo Costanzia, felicitando al hermano de este desde la verja de una cárcel de Turín. "¡Felicidades!", gritan ambos al unísono, con entusiasmo y sin un gramo de discreción. El hermano, Pietro Costanzia, cumple condena por intento de homicidio tras atacar con un machete a un joven durante una pelea en 2022.

No es una filtración. No es una imagen robada. Es contenido voluntario, perfectamente editado y lanzado a la red con alguna intención. Pietro ha sido condenado a 12 años y medio de prisión, en un caso que tuvo gran repercusión en la prensa italiana. La justicia habló y dictó sentencia: "La juez ha considerado los hechos un intento de asesinato con premeditación", contaron desde ABC.

Alejandra no ha tardado en justificar su presencia en ese vídeo. Desde el plató de Vamos a ver, donde colabora, sentenció: "Siempre se va a defender a la familia, y punto pelota". Y remató con un "a mí las gilipolleces me parecen tontería al lado de esto". Bien. Pero defender no es exhibir. Y menos aún cuando lo que se exhibe pone en jaque la sensibilidad colectiva y la imagen pública de quien lo comparte.

Aquí no se discute el afecto entre hermanos o parejas. Se discute el juicio con el que se decide hacer algo público. Porque si algo hemos aprendido de la era de los 'influencers' es que todo lo que se muestra, se convierte en discurso. Y el discurso de este vídeo, nos guste o no, suena a blanqueamiento emocional de un delito muy serio.

¿De verdad hacía falta compartir ese momento? ¿Era tan necesario el 'felicidades' grabado y posteado desde la acera de una cárcel? ¿Nadie del entorno dijo: esto, mejor no? La naturalidad con la que se traspasan ciertos límites empieza a ser preocupante. Como si lo privado ya no tuviera valor si no se convierte en contenido.

Alejandra tiene derecho a acompañar a su pareja. Y a no gustarle las críticas. Pero también tiene una responsabilidad, guste o no, con el altavoz que maneja. Ser personaje público no es solo un escaparate para los vestidos y los romances. También lo es para este tipo de gestos, que no son inocentes ni inofensivos, por muy personales que parezcan. Porque hay contextos que merecen silencio o, al menos, discreción.

Fotos | Instagram @alerubioc

En Trendencias | Estos son los 8 hijos que Mike Jagger ha tenido con 5 mujeres diferentes

En Trendencias | Estos son los 7 hijos de Kevin Costner y a qué se dedica cada uno