A más de un siglo de la muerte de Vincent van Gogh, uno de sus árboles podría estar provocando más alboroto que sus tormentosas pinceladas: en el pintoresco pueblo de Auvers-sur-Oise al norte de París, donde el artista pasó sus últimos días, un árbol retratado por el pintor neerlandés ha desatado una encendida disputa entre los vecinos y el ayuntamiento local. El motivo: ¿Quién es el verdadero dueño del terreno donde crece esta reliquia viviente?
El conflicto comenzó tras la publicación de un estudio realizado por un historiador del arte que identificó un árbol de olmo (aún en pie) como el protagonista del cuadro "Raíces de árbol", una obra que Van Gogh habría pintado justo el día en que decidió quitarse la vida. El hallazgo, de gran valor cultural y turístico, hizo que tanto residentes locales como el consistorio se interesaran y se enfrentaran por los derechos sobre el terreno donde crece el árbol.
"Siempre estuvo en nuestro jardín"
Los actuales residentes de la propiedad, Jean-François y Hélène Serlinger lucharon contra el pueblo, y un tribunal de apelación concluyó recientemente que el reclamo del municipio no tenía fundamento ante la iniciativa de declarar el jardín de la pareja como lugar público.
Sin embargo, Isabelle Mézières, se ha comprometido a seguir luchando, y aún puede recurrir a un tribunal superior bajo el pretexto de que el árbol, según ciertos documentos históricos del siglo XIX, podría haber sido plantado cuando la zona aún era comunal, insistiendo que el lugar debe pertenecer al público, no a propietarios privados: "Las raíces pertenecen a los auversois", escribió en las redes, refiriéndose a la gente del lugar.
Por su parte, la familia ha mostrado escrituras y planos catastrales que indican que el árbol se encuentra justo dentro de los límites de su terreno: "El ayuntamiento intentó expropiar el terreno alegando que era parte de la carretera, pero la decisión del tribunal de apelaciones fue clara, y ahora podemos concentrar todos nuestros esfuerzos en el mantenimiento del sitio", dijo.

Este espacio no es el único que el pintor inmortalizó en sus obras: ya había pintado La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en su cuadro 'La Iglesia de Auvers-sur-Oise', así como muchas obras de paisajes, como 'Llanura de Auvers' y 'Ramas de castaño en flor'.
Si bien Van Gogh nunca habría imaginado que uno de sus árboles pintados causaría semejante disputa legal, la controversia resalta una pregunta más profunda: ¿a quién pertenece el arte cuando este se mezcla con la vida real?
Por ahora, ni las raíces del árbol ni las de la polémica parecen moverse. Lo cierto es que, en Auvers-sur-Oise, Van Gogh sigue dando de qué hablar, no con palabras, sino con ramas, hojas y trazos inmortales.
Fotos de Google Maps | Wikimedia
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