Galicia se ha convertido en la nueva obsesión de los turistas, que buscan un sustituto al Mediterráneo y a sus temperaturas cada vez más asfixiantes. Primero se enamoraron de las mejores playas gallegas y ahora están descubriendo y obsesionándose con uno de los secretos mejor guardados del norte: la magnífica Ribeira Sacra.
Así lo confirma 'The Guardian', la Ribeira Sacra es el destino favorito de los ingleses más aventureros que prefieren montaña a playa. Se trata de un parque natural al sur de Galicia bañado por los ríos Miño, Sil, Cabe y Bibei. Está plagado de montañas, gargantas, desfiladeros y bosques de más de 1000 años de antigüedad. Una zona salvaje con lobos, ciervos, jabalíes, corzos, zorros y conejos que se convierte en la experiencia rural de senderismo definitiva.
Qué ver en Ribeira Sacra: el cañón de Sil
Es el eje central de la Ribeira Sacra y uno de los puntos de interés más impresionantes de la zona. Se trata de una garganta sinuosa de 200 metros de alto con el río Sil al fondo, no apta para personas con vértigo.
Mirador de Los Balcones de Madrid
En sus laterales hay varios viñedos que construyen un paisaje digno de admirar desde alguno de sus miradores, como el Mirador de Los Balcones de Madrid, el Mirador de Cadeiras o el Mirador de Castro, aunque hay muchos otros que se descubren por el sendero.
Monasterio de Santa Cristina
Aunque la naturaleza abrupta es el plato fuerte de esta zona de la Ribeira Sacra, la ruta del Cañón de Sil también esconde patrimonio histórico antiquísimo. El mejor ejemplo es el monasterio de Santa Cristina, un edificio benedictino del siglo X que hoy en día está en ruinas y abandonado, creando una estampa misteriosa que merece la pena descubrir.
Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo
También hay otros hallazgos religiosos que merecen la visita, como la Necrópolis de San Vítor de Barxacova, con sepulcros antropomorfos datados del siglo IX y X; el Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo, uno de los más desconocidos de la zona con varios estilos arquitectónicos que van del románico al barroco. Entrar cuesta 2,50 euros.
Monasterio de Santo Estevo
Además, hacer una escapada al Cañón de Sil es la excusa perfecta para alojarse en el monasterio de Santo Estevo, reformado y convertido en uno de los paradores más bonitos de España. También es una buena razón para pasar por Castro Caldelas, un pueblito del siglo XIV semi-abandonado con callejones de piedra repletos de musgo, el Castillo de los Condes de Lemos y la Plaza del Prado, que sirve de entrada al casco antiguo.
Hay dos formas de recorrer la Ribeira Sacra por el Cañón de Sil. La primera es siguiendo los senderos oficiales de la Parada de Sil y la segunda es navegando el río. Ésta última es una de las mejores formas de descubrir la región, subido en un catamarán que sigue el curso del Sil.
Qué ver en Ribeira Sacra: las Riberas del Miño
Otro de los ríos más importantes de Galicia es el Miño y su paso por la Ribeira Sacra se ha convertido en una de las imágenes más apacibles y características de la región. Esta garganta no es tan abrupta como la del Sil y está enmarcada por bosques, viñedos y meandros que, juntos, crean un paisaje de ensueño.
Mirador de A Grixoá
Esta zona se descubre muy bien con rutas de senderismo, que pasan por bodegas y miradores panorámicos tan increíbles como el Mirador do Cabo do Mundo o el Mirador de A Grixoá. Todo ello salpicado de capillas, monasterios y edificios históricos.
Entre ellos se encuentra la Iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño, del siglo XIII y sujeta a la ladera con pendiente de la montaña. También está aquí la Iglesia de San Facundo de Ribas de Miño del siglo XII para acoger peregrinos que hacían el Camino de Santiago. Muchas otras capillas y edificaciones religiosas esperan para ser una parada en el camino de las Riberas de Miño.
Esta ruta también se puede hacer en versión fluvial, que salen desde los embarcaderos de Belesar en O Saviñao y Maiorga en Pantón. Éste último es un precioso pueblo medieval gallego en el que se encuentra el Monasterio Cisterciense del Divino Salvador y que enamoró a la mismísima Olivia Newton-John.
Por sus terrenos abruptos, su reducido sistema de transporte y su lejanía a la costa, la Ribeira Sacra ha permanecido mucho tiempo desconocida a los turistas, siendo solo disfrutada por viajeros expertos. Esto ahora ha cambiado, los británicos lo conocen y adoran, por lo que hay que hacer esta escapada rural antes de que se masifique.
Fotos | @ribeirasacract, Ribeira Sacra.
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