María Yuste
Editor SeniorDesde 2008, se ha duplicado la cifra de residentes estadounidenses en España y la venta de vivienda a norteamericanos se ha disparado un 88% desde 2019. Sin embargo, no todos los relatos son como los que estamos acostumbrados a que se viralicen últimamente en redes sociales y que tienen como protagonistas a inmigrantes procedentes de dicho país que alaban nuestra seguridad social, estilo de vida centrado en trabajar para vivir y no en vivir para trabajar o nuestra gastronomía, con fama internacional de ser saludable. Y es que también hay quienes regresan a Estados Unidos decepcionados por la experiencia.
Esto es lo que les ha pasado a Cristina Martinez (estadounidense de ascendencia cubana) y a su marido que, tras haber veraneado en varias ocasiones en Cantabria y haberse enamorado del paisaje, lo dejaron todo para mudarse al norte de España. De este modo, en 2021, compraron una casa en Santander, vendieron la que ya tenían en Miami, y llegaron dispuestos a vivir el sueño europeo.
Todos los detalles de cómo intentaron adaptarse a nuestro estilo de vida, hasta que admitieron el fracaso, los ha contado la propia Martinez en 'CNN Travel'. Según afirma la mujer, el matrimonió se informó bien antes de la mudanza aunque, ahora sí creen que quizás les faltó investigar un poco más. Sobre todo, teniendo en cuenta que desconocían que, más allá del verano, el clima cantábrico tiene inviernos largos, fríos y muchos días grises de viento helado.
Mr Liger
No obstante, tampoco es que disfrutaran mucho del verano, debido a la falta de costumbre que hay de instalar aire acondicionado en el norte de España: “Prepárate para vivir con las ventanas abiertas”. Aunque lo que verdaderamente acabó por expulsar a la pareja de nuestro país fue una combinación de nuestros horarios, comida y estilo de vida, en general.
Sobre todo, el hecho de que la mayoría de pequeños y medianos negocios cierren al mediodía es algo incomprensible para estos (y otros tantos) estadounidenses. Lo mismo sucede con nuestros horarios de comidas y cenas: “No puedes ir a cenar porque cierran a las cuatro, y luego no vuelven a abrir hasta las ocho o nueve de la noche”, señala frustrada Martínez.
marina negrete
Aunque admite que los alimentos sí son más baratos en España que en su país, tampoco le gustó el coste de los servicios, que le parecieron igual de caros. Además, también protesta por los impuestos y el precio de la vivienda, algo en lo que los propios españoles sí podemos estar de acuerdo.
Aunque, contra todo pronóstico, la gran decepción parece ser que se la llevó con la gastronomía, que describe como “frita, grasienta y poco saludable”. Esto es algo que puede no cuadrarnos a los españoles pero que se entiende fácilmente si este matrimonio solo iba a comer a sitios para turistas. Y eso es lo que parece ya que la mujer asegura que en España todo lleva patatas fritas y marisco. “Después de un tiempo, me cansé y acabé asqueada de la comida española”, afirma.
Jesus Antonio De la Monja
Todo ello, sumado a que califican la cultura española de “cerrada” porque no es fácil hacer amigos y la gente no te invita a su casa a tomar una copa tan fácilmente, hizo que, tras dos años, la pareja vendiera su casa para regresar a Florida. Tras la experiencia, asegura que Cantabria es muy bonita y muy verde, pero solo para unas vacaciones, no para vivir. Aunque no parece que tenga pensado volver en mucho tiempo ahora que conoce la verdad de vivir en España sus modos “anticuados”.
Foto de portada | Eduardo Kenji Amorim
En Trendencias | Los 22 restaurantes de moda de Madrid más bonitos y en los que se come de lujo
En Trendencias | Las 35 escapadas románticas por España para hacer en pareja en las que quizá no habías pensado
