Más turistas que lavanda en Brihuega. Su alcalde suplica "por favor" ir a visitar los campos unos días concretos de la semana

Este rincón de Guadalajara se convierte en julio en la Provenza francesa de Castilla

brihuega
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María Yuste

Editor Senior

Hay un mes al año en el que un rincón muy particular de Guadalajara se convierte, casi como si de un hechizo temporal se tratara, en la Provenza castellano-manchega. De este modo, lo que en invierno es una villa medieval tranquila, en julio se tiñe de morado y el olor a lavando lo impregna todo. Suena idílico sino fuera porque esto hace que también se llene de turistas. Hablamos de Brihuega, claro, epicentro del turismo de floración en España gracias a sus más de mil hectáreas de lavanda y lavandín a solo 90 km de Madrid.

La lavanda en Brihuega huele mejor entre semana

La escena es de postal, Sobre todo cuando a los campos ondulados y teñidos de violeta se le suman las tonalidades cálidas del atardecer. El reclamo es potente y todo el mundo quiere su foto. Tanto que este pueblo de apenas 3.100 habitantes se encuentra al borde de morir de éxito recibiendo hasta 140.000 visitantes en las cinco semanas que dura la floración.

Esto tiene un impacto positivo en el pueblo que se traduce en  8 millones de euros. Sin embargo, su alcalde, Luis Viejo, ha denunciado que el municipio se colapsa durante los fines de semana. Por lo tanto, aquí va un consejo oficial (y sensato) a turistas: mejor visitar Brihuega de lunes a jueves. No solo le estarás haciendo un favor a sus habitantes y alcalde sino que tú mismo podrás disfrutar del paisaje con más calma y sin agobios, sin caravanas de coches ni fotos llenas de desconocidos de fondo.

Brihuega Jesús Pérez Pacheco

Qué esperar del Festival de la Lavanda

Este espectáculo natural tiene nombre propio: Festival de la Lavanda. Porque no se trata solo de una floración, es toda una experiencia sensorial. Se organizan conciertos al atardecer entre los campos morados, yoga al amanecer, vuelos en globo, talleres artesanales y un mercadillo en el que se puede comprar desde aceites esenciales hasta mermeladas de lavanda.

La historia del cultivo en este pueblo se remonta a los años 60, cuando un vecino trajo esquejes desde Francia. Hoy, gracias al empeño de agricultores locales como los Hermanos Corral y al clima de La Alcarria, Brihuega ha logrado cambiar su paisaje… y su economía. Incluso el pueblo ha ganado población en los últimos años, un logro poco común en la España rural.

Más allá del selfie

Brihuega, no obstante, es mucho más que sus campos de foto de Instagram y su apodo que la designa como "el Jardín de la Alcarria". Es una villa monumental con castillo, muralla, iglesias románicas y hasta un peculiar museo de miniaturas con más de 65.000 piezas fabricadas con materiales que van desde el chicle o tiza hasta cabezas de alfiler y granos de arroz. También es sede de uno de los encierros más antiguos de España y de la Real Fábrica de Paños, reconvertida en hotel de cinco estrellas.

lavanda Óscar

Así que, lo que tiene que ofrecer no termina en julio y, ahora que contemplar la lavanda lo ha hecho tan famoso, queda que los turistas nos demos cuenta de las ventajas de volver en otoño a conocer su historia, recorrer sus senderos conocer las encinas, abejas y todo su patrimonio recuperado. Mientras tanto, Brihuega sigue trabajando en soluciones para que la temporada veraniega siga siendo un éxito. Hay proyecto de un parking disuasorio con autobuses lanzadera, mejor regulación y apoyo al sector de la aromática natural, que se ve cada vez más amenazado por los aceites sintéticos.

Foto de portada | @festivaldelalavanda

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