Muchas personas a pesar de reflejar una personalidad fuerte, sufren mucho a costa de los comentarios, críticas o burlas de los demás y les afecta más de lo que les gustaría. Hoy en día con el tema de las RR.SS tienen un nombre y son denominados como Haters o detractores que solo dicen palabras ofensivas con el fin de herir tus sentimientos.
Vuelve Upeka una semana más con programón incluido y es que esta semana tiene como tema las opiniones ajenas con las colaboradoras Anne Igartiburu, Vai, Raquel Mascaraque y como invitada a una actriz memorable: Melani Olivares. La primera impresión que tenemos de una persona nos crea una imagen que puede ser errónea sobre alguien e incluso son empuja a enjuiciar y criticar sin dar ninguna oportunidad, algo que debemos cambiar cuanto antes. Las vibras que captamos de otros cuerpos también nos pueden dar muchas pistas sobre el carácter de las personas y son la clave para saber si encajan con nosotros mismos.
El acto de poner etiquetas viene desde los tiempos ancestrales cuando nuestro cerebro necesitaba clasificar a una persona para saber si era enemigo, una amenaza o debíamos bajar la guardia. Esto actualmente limita mucho a la hora de conocer ya que nos coacciona y nos cierra los ojos a aspectos de la sociedad que nos pueden enriquecer pero que tenemos miedo a descubrir. Además, no solo influye en la idea que tenemos de un ser humano sino que también da pie a que otras personas piensen igual de el y puede que no se ajusten a su realidad.
Los niños son uno de los grupos que más lo sufren ya que aunque están en etapa de descubrimiento, ya los clasificamos para el futuro o los comparamos con el resto aumentando sus inseguridades. Hay que moderar las palabras que tenemos hacia ellos y enseñarles que cada uno es lo que quiera ser y no lo que los demás le digan. Al juzgar y al opinar, perdemos mucho tiempo valioso que podemos invertir en otras cosas y aunque nos guste, podemos hacerlo de forma respetuosa y principalmente con la conciencia de saber cómo va a afectar. La primera impresión no siempre es certera y ese shock que nos causa suele ser siempre el primer error que cometemos cuando conocemos a gente nueva.
Los autojuicios puede ser los más duros y es que siempre se dice que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Cuando nos equivocamos o hacemos algo que no nos gusta, nos fustigamos con el finde castigarnos pero debemos saber perdonarnos y ver las características buenas de nuestro interior. Los diálogos internos nos pueden ayudar a controlar nuestros pensamientos y a mejorar todos esos puntos que no nos convencen de nuestro ser.
Sin duda los prejuicios forma parte de nuestro ser y saber gestionarlos es un aprendizaje que aprendemos en este programa. Y tu ¿Juzgas mucho a los demás?
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