Lejos quedan aquellos tiempos en los que los pantalones se arrastraban, se rompían y se ponían negros: ahora, la medida que triunfa y nos hace a todas un buen favor, es la tobillera. Y no importa si hablamos de pantalones tejanos, baggy, leggings o khakis. Del liso o la vuelta.
El nuevo largo lo marcan los tobillos. Porque la moda vuelve a los orígenes del buen gusto e iconos del glamour eterno como Audrey Hepburn o Grace Kelly vuelven a poner los puntos sobre las íes en cuestión de aires sesenteros.
Para las que no osen presumir de tobillos, no hace falta enseñarlos, basta con que marquen la nueva frontera de la largada. Como decía, la manera más fácil de conseguir el efecto es haciéndole el dobladillo a unos pantalones que ya tengas.
Aunque la gracia es que vengan así de fábrica. Son una opción súper sofisticada y parece una tontería que unos cuantos centímetros cambien el rumbo de un look, pero es así.
Las bajitas no son muy fans de esta medida atemporal, y mucho menos si se combina con zapato plano en plan Kate Moss y sus inseparables mocasines.
O en versión Katherine Heigl con bailarinas (mi opción preferida).
Es cierto que hacen la pierna más corta, pero con unos buenos tacones, la cuestión de la altura tiene fácil solución.
Este otoño van a ser uno de los platos fuertes. Y es que aunque parece que las campanas extra-largas vuelven a ser protagonistas en claro homenaje al espíritu hippie setentero, los años cicuenta y el look preppy colegial, se imponen en favor de las más clásicas.
En Mango por ejemplo encontraremos modelos para todos los gustos y de todos los precios: en paño, en tejido vaquero o de pana; con cuadros, cremalleras o completamente lisos.
Mientras en Bimba & Lola se imponen los diseños de pinzas tipo baggy.
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