Todo lo que no te contaron ni tu madre ni tu abuela sobre el sexo en su época

La Joya De La Familia Diane Keaton Rachel Mcadams
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Es muy probable que lo máximo que te hayan contado tu abuela y tu madre sobre el sexo sea esto: nada. Un ‘nada’ que jamás te atreviste a preguntar… Porque cómo pregunta una nieta a su abuela por su propia sexualidad. “¡Un escándalo!”, habrían dicho entonces. 

Nuestras abuelas y madres, en muchos de los casos, no pudieron elegir cómo o con quién vivir su sexualidad”, nos explica Maribel Maestre Pérez, psicóloga y psicoterapeuta del centro de psicoterapia Anankhé. “Fueron sujetos pasivos de una sociedad cerrada y conservadora, muchas veces ni en la intimidad de sus círculos más cercanos, podían hablar de sus experiencias por miedo a ser enjuiciadas. Otras, más afortunadas, pudieron hablar de lo que suponía tener ‘contento al marido’, con una suerte de códigos secretos, sobreentendidos y picardías, donde se hablaba de todo, sin hablar de nada. Pero siempre como elemento de satisfacción hacia el otro”, asegura.

La realidad es que la forma en que vives tu sexualidad y tus relaciones está influenciada por los mensajes que recibiste cuando eras pequeña. Así lo asegura Sylvia de Béjar, experta universitaria en Sexualidad Humana y Educación Sexual, y máster en Programación Neurolingüística.

“Nuestros padres son el espejo en el que nos miramos y si nos sentimos rechazadas por ellos nos creemos indignas de amor, por lo que difícilmente podremos amarnos a nosotras mismas. Otro tanto sucede con el sexo, si para ellos era algo sucio, innombrable, oscuro, ¿cómo crees que lo solemos vivir nosotras? Exacto, tal y como nos enseñaron nuestros mayores salvo que hayamos logrado madurar y elaborar nuestros miedo, carencias y complejos”, expone.

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Piensa en tu madre. ¿Cómo vivía su sexualidad? ¿Te hablaba claramente sobre sexo? ¿Cómo reaccionaba ante mujeres sexualmente asertivas? Ahora en tu padre. ¿Qué te enseñó sobre sexualidad femenina? ¿Y masculina? ¿Cómo reaccionó cuando empezaron a interesarte los chicos/as? El tema es para reflexionar.

“Hoy en día - señala Maestre Pérez- , podemos ser objeto de satisfacción, hablar abiertamente, flexibilizar nuestros roles en las relaciones íntimas… hay mucho recorrido hecho. Sin embargo, queda camino para apropiarnos cada una de nosotras de nuestra historia íntima sexual. Validarnos frente a un mundo que, a pesar de la apertura, sigue enjuiciando y marcando a aquellas que se muestran de más”.

Según recoge la experta, cada generación ha tenido su propia relación con el sexo y que participemos más del debate público no es directamente proporcional a una mejor salud sexual: “A terapia llegan muchas mujeres encajadas en un rol rígido de ‘mujeres libres’, que en el fondo se sienten muy vacías en su sexualidad. Muchas de ellas instrumentalizan el sexo como tarjeta de presentación, sin realmente preguntarse qué tipo de sexo quieren practicar”.

Son muchas las posibilidades que tenemos en relación a otras generaciones a la hora de abrir nuestra experiencia sexual en la esfera pública: "Corre mucha información, de mejor o peor calidad, el tema está en la calle… Sin embargo, cuando trabajo en grupos de adolescentes o en sesiones de psicoterapia con jóvenes, las preguntas, incertidumbres y tabúes se parecen mucho a los de hace tres generaciones", comenta Maestre Pérez. Y añade: "En la esfera privada, en la propia intimidad, los aprendizajes y las aperturas no van tan rápido. Este salto entre la esfera pública y la íntima llena las consultas. Por un lado, el miedo a no estar a la altura de lo que dicen hay que hacer, sentir, experimentar… y que el despertar y el desarrollo de la sexualidad es una suerte de biografía inédita en cada persona".

Aún así, la apertura ha sido fundamental para que muchas mujeres puedan ejercer su derecho a disfrutar del sexo y las relaciones íntimas. “Hay más mujeres que saben lo que quieren vivir, han aprendido a pedir y a ser protagonistas de su placer y su goce. Y también creo que hay mucha mujer perdida, sin otras mujeres a su lado, que puedan acompañar sus descubrimientos y sentires”, añade.

Cuando investigo sobre qué ideas opresoras del pasado continúan vigentes hoy en día, Nayara Malnero, psicóloga y sexóloga, lo tiene claro: “Todas, escucho las mismas afirmaciones de personas de 80 que de personas de 20… Es realmente preocupante, aunque poco a poco vamos mejorando”. La realidad, afirma, es que “no ha existido otra cosa”: “Vivimos condicionados por esta ideología y aún nos queda mucho por cambiar”.

¡Pero tranquila! No está todo perdido. Lo mejor que podemos hacer las nuevas generaciones para cambiar estas situaciones machistas que hoy en día continúan normalizándose es educarnos y buscar nuestra propia felicidad: “La ignorancia solo se "cura" con educación, que puede ser reglada o que podemos hacer cada uno por nuestra cuenta… Por otro lado, el machismo hace infelices tanto a hombres como mujeres, por eso buscar la felicidad nos hace replantearnos cosas…”, sentencia Malnero.

“El conocimiento del propio cuerpo, la liberación y autonomía femenina y la mejora en la comunicación global, permite que la mujer encuentre más permiso para explorar su sexualidad”, expone por otro lado Maestre.

En definitiva, las expertas coinciden en que el camino consciente de cómo vivir esta área de intimidad es la clave: “Pudiendo elegir desde la propia reflexión, la reflexión con otras mujeres, cómo hacer, qué sentir, hasta dónde ir, quién ser…usando la creatividad y el contacto emocional al servicio del placer corporal”.

Fotos | 'La joya de la familia' (2005) | '3 generaciones' (2015)

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