La parte triste es que Succession ha terminado y la buena, que su final ha conseguido aquello en lo que otras muchas series han fallado: dejar satisfechos a espectadores, fans y crítica. Así que ya podemos escribir su nombre, oficialmente, en el pódium de las mejores ficciones de la televisión de todos los tiempos. Los ingredientes han sido un guión realista y coherente, unos personajes complejos y un cuidado al detalle impecable. Y es que todo en sus episodios está medido: las miradas, los silencios de lo que no se dice, el vestuario... Cada capítulo es una mina de easter eggs que completan y enriquecen el relato.
El vestuario de Succession, aunque sobrio en apariencia, es prácticamente un personaje más de la serie. Sobre todo, teniendo en cuenta que está protagonizada por personas que forman parte de ese 1% más rico de la población. Ellos (con permiso de Sofia Richie) han puesto de moda la estética old money y el concepto de "lujo silencioso". Lo que visten nos habla de su personalidad y rango dentro del sistema capitalista.
[A PARTIR DE AQUÍ EMPIEZAN LOS SPOILERS]
De este modo, el reloj de muñeca es un accesorio especialmente interesante de analizar en ese personaje que empezó siendo el yerno trepa y lameculos de Logan Roy para acabar sucediéndole, por sorpresa, como CEO, tras la muerte del magnate. Hablamos, por supuesto, de Tom Wambsgans.
Durante la primera temporada de Succession, cuando Tom no era más que el novio de Shiv Roy, a quien esta quería posicionar bien dentro de la empresa de su padre, el personaje llevaba un Cartier Ballon Bleu falso.
Sin embargo, para la tercera temporada, ya dentro de la familia como esposo de Shiv y después de haberse comido varios (y graves) marronazos corporativos, ya le vemos lucir en la muñeca un Cartier Santos, un reloj que tiene un precio de unos 7.700 euros.
Sin embargo, para la cuarta temporada de la serie, en la que acaba coronado con el preciado título de CEO de Waystar Royco, pasándole por encima a su esposa y a los hermanos de esta, Tom Wambsgans ya lucía un Audemars Piguet Royal Oak Chronograph de unos 80.000 euros con un dial Bleu Nuit Grand Tapisserie.
Se trata de una pieza que da mucho caché pero que también hace evidente que quien lo viste tiene la clara intención de impresionar. Sin duda, es un detalle que, aunque pasó inadvertido para la gran mayoría de los espectadores, marcaba la gran evolución que ha sufrido este personaje y podía anticipar la gran amenaza que era en una competición en la que nadie no lo esperaba.
Foto de portada | HBO
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