Aunque se han puesto de moda las parejas DINK, no son solo ellas las “culpables” de que la tasa de fertilidad de España haya caído un 3,3% en los últimos 20 años según datos que recoge Newtral. La infertilidad es un problema de salud que afecta a un 15% de la población española según datos de la Sociedad Española de Fertilidad.
Tal y como nos explica la Dra. Marina González, responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed Bilbao, que en la sociedad actual se ha retrasado el hecho de ser madre, en parte por la disponibilidad de anticonceptivos y por cambios en el estilo de vida. Ahora las mujeres pueden planificar ser madres y eso retrasa la edad a la que nos decidimos a serlo. Pero también influye el incremento de la calidad de vida según la experta. “Hoy las mujeres de 40 años y más se sienten jóvenes en todos los sentidos”.
La esperanza de vida crece y nosotros retrasamos tener hijos, pero hacerlo es también alejarnos de la etapa de máxima fertilidad de la mujer. Sarah Matthews, consultora de ginecología en el Hospital Portland de Londres y experta en fertilidad explicaba a la BBC, "desde una perspectiva biológica, según todas las investigaciones la mejor edad para tener el menor riesgo de complicaciones en el embarazo y en el postparto es entre los 25 y los 29,9 años", aunque también es cierto que el proceso del embarazo es más seguro ahora que hace años.
Además de la edad, otros factores como los hábitos de vida pueden hacer que la capacidad reproductiva se reduzca. Uno de los que quizá sabemos algo menos, es cómo la alimentación influye en la fertilidad.
La alimentación y su efecto en la fertilidad
“Indagar en los hábitos alimenticios y el estilo de vida es tan importante como el resto de las pruebas médicas que los especialistas solicitan en los tratamientos de reproducción”, explica la doctora González. De hecho, la alimentación es un factor que influye directamente en la preservación de la fertilidad.
Lo primero que nos explica la doctora González es que los alimentos ricos en antioxidantes pueden contribuir a la ralentización del envejecimiento ovárico, implicado directamente en la reserva ovárica. Cuando hablamos de envejecimiento ovárico, lo hacemos de la disminución tanto del número como de la calidad de los óvulos y ambos factores, afectan a la fertilidad.
“El chocolate negro, el salmón, las verduras o los frutos secos están recargados de antioxidantes que promueven el cuidado de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, dado que “combaten” los radicales libres del organismo que pueden afectar los espermatozoides y los óvulos”, explica la experta.
La doctora recomienda consumir otros alimentos antioxidantes como la granada, los arándanos o las manzanas, y añadir alimentos que contengan nutrientes que consigan ralentizar el envejecimiento ovárico de la mujer:
- Vitamina E. Está directamente relacionada con la reducción del estrés oxidativo y el control de la obesidad y que podemos encontrar en alimentos como aceites vegetales, verduras de hoja verde, semillas y frutos secos, especialmente nueces.
- Vitamina D. Conocida por su papel en la absorción del calcio que además actúa en nuestro sistema inmune, nuestra salud muscular y hasta se relaciona con una menor incidencia de cáncer. Aunque se obtiene a través de la piel, podemos conseguirla a través de pescados grasos como el salmón, el atún o la caballa; el huevo, el queso o el yogur.
- Macrominerales. La experta asegura que es necesario un consumo superior a 100 mcg/día de calcio, fósforo, potasio, sodio, magnesio y azufre, que además serán necesarios durante el embarazo y la lactancia.
- Ácidos grasos poliinsaturados. Los AGPI-CL (ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga) ocupan un alto porcentaje en la estructura de los espermatozoides y según la Universidad de Valladolid, podrían mejorar las funciones y parámetros de la fertilidad masculina. Los tipos esenciales (omega 3 y omega 6) deben ser ingeridos en la dieta, ya que no los sintetizamos nosotros, y son precursores de la síntesis de prostaglandina y participan en el metabolismo de hormonas como estrógenos, testosterona, y progesterona. Están presentes en aceites vegetales de semillas (omega 6) y en pescados grasos (omega 3).
- Arginina. Presente en el coco, la berenjena, la avena, el tomate, la nuez, los lácteos, las carnes, el trigo y los pescados, la arginina es un aminoácido semiesencial relacionado con el óxido nítrico cuya concentración en sangre afecta a ovarios y testículos.
- L-carnitina. Se encuentra en el pescado azul, los frutos secos, la fruta y la verdura, y mejora la circulación sanguínea hacia el útero y ovarios.
- Ácido Fólico. También llamado vitamina B9 o folato, es un nutriente que ayuda al organismo a crear células nuevas. Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, la ingesta de 400mg en la mujer reduce la tasa de aborto. Está presente en la levadura de cerveza, el hígado de ternera y pollo, el alga agar desecada, el germen de trigo y otros granos enteros, las legumbres, la soja, las semillas y los frutos secos y en verduras de hojas verdes.
La Dra. Marina González, asegura que lo mejor es seguir la dieta mediterránea, rica en proteínas de calidad, grasas insaturadas e hidratos complejos con alta cantidad de fibra y abundantes ingestas de frutas, verduras y carnes blancas. Y no solo si buscamos ser padres, también si queremos llevar un estilo de vida saludable la dieta mediterránea es una excelente opción.
Además de la alimentación y la edad, “factores como la genética, los hábitos de vida o la situación clínica, hacen que la capacidad reproductiva de las mujeres y de los hombres pueda verse reducida”, nos explica. Por eso es importante cuidar de nuestra salud durante todo el año, evitando el tabaco y el sedentarismo.
En cuanto al alcohol, nos recuerda que, a pesar de estar aceptado socialmente, sigue siendo un elemento tóxico para el organismo. En el caso de los hombres la Dra. Marina González nos cuenta que “la evidencia científica demuestra que el consumo excesivo de alcohol y tabaco pueden dañar el ADN de los espermatozoides, lo que implica una menor calidad del semen”.
Es importante tener un estilo de vida activo y en el que nos movamos. De hecho desde Ginemed, la ginecóloga Cristina Braña Pelayo explica que “la actividad física moderada es beneficiosa para la fertilidad. Si hablamos de actividades físicas más duras, la relación entre deporte y fertilidad puede ser justo la contraria.”
Y un último consejo. La doctora González explica que no hay estudios definitivos sobre la relación entre estrés y fertilidad, pero es indiscutible su conexión “en especial si genera un deterioro de las relaciones sexuales o en la ovulación”. Ya te hemos contado que el estrés es el archienemigo del deseo, así que si buscamos un hijo, cuanto más lejos lo tengamos, mejor.
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