Parece mentira a que estas alturas de la película alguien espere que, tras un vuelo de horas y horas, una mujer (sea Máxima de Holanda o nosotras mismas) baje del avión con taconazos, maquillaje on point y un vestido ceñido.
Señoras y señores, eso es cosa del pasado. Las royals también son humanas (que parece que se nos olvida) y buscan comodidad para ciertas ocasiones. Máxima de Holanda está ocupando un sinfín de titulares por su look al llegar a Tanzania, aunque debemos apuntar que muchos alaban esta decisión.
Sin maquillar, son sus gafas Tom Fod, un traje dos piezas relativamente cómodo de Chloe, sin pasar por la peluquería y con unos calcetines deportivos en compañía de unos mocasines (porque sí, en el avión podemos morir de frío si se flipan con el aire acondicionado, la cosa es así). Un estilismo acertado para un viaje de trabajo que conlleva un traslado tedioso.
"'¡Tan auténtica!' Maxima de Holanda irreconocible sin nada de maquillaje llegando al Kilimanjaro", clama Express, un medio británico. Más que "irreconocible", sencillamente va sin maquillar y con el pelo recogido por ella misma, algo que deberíamos normalizar de una vez por todas. Por suerte, actos como este allanan el camino y algún día estas noticias no ocuparán portadas.
La monarca estará en el país africano hasta hoy para cumplir sus funciones como defensora especial del secretario general de las Naciones Unidas para las finanzas inclusivas para el desarrollo.
Fotos | Gtres
