Qué sorpresas da la vida. Cuando todos pensábamos que a George Clooney le pasaba algo raro en la cabeza o en el corazón, más que nada por el tipo de novias que elegía y su sucesión constante y poco duradera, resulta que de sopetón decide casarse y no con una que dice ser modelo, o con una actriz, famosa de turno, belleza recauchutada con futuro de cirujía... no, con una abogada de tomo y lomo, con residencia en Londres y medio libanesa. Si no se ve no se cree.
Y no es que no me alegre, que sí, pero su perfil es todo lo opuesto a las anteriores novias de Clooney, que han hecho caja y fama gracias a él. Amal es étnica y racial, libanesa, parece sacada de las 1000 y 1 noches, pelo azabache y por lo que parece, un cerebrito de Oxford. Por eso os la muestro, por eso y porque su estilo es perfecto. ¿Quién dijo que una working woman no podía vestirse de coral? Como ella lo hizo en el acto " End Sexual Violence In Conflict Global ".
¿Y quién dice que no puedes ser el abogado más despiadado y vestir de rosa y como Audrey? Me gusta y me recuerda en cierto modo a Rania de Jordania.
En el día a día luce bien, con prendas perfectas para sus 36 años (y su tipazo). Zapato cómodo y muy original (de tacones medios o anchos, prendas de corte por la rodilla, un toque femenino y retro, firmas como Balmain a Miu Miu pasando por Prada o Missoni. y lista... a zurrar al próximo que quiera decir algo sobre Wikileaks. Y a casarse en Venecia, como dicen.
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