Quien vive en una ciudad con mar no sabe lo que es para los que no, la playa y el mar. Siempre me dicen lo mismo: como lo tenemos al lado, no le damos importancia. Para los urbanitas el mar es libertad, descanso, relax y buceo. Y para las fashionistas, un lugar más donde exhibirse.
Me encanta Jaime King, más bien Leemon Breeland. Fue ver Hart of Dixie y engancharme, pero por ella. Cuando no está, el episodio siempre es más aburrido y el estilo menor. Su día a día nada tiene que ver con ese dulzón y acaramelado toque sureño con colores pasteles y flores por doquier. ¿Y en la playa?
Pues está claro que es partidaria de los bañadores, y no séra porque quiere ocultar las huellas de su reciente embarazo. Los tiene en mil colores y estampados pero siempre con un toque original y muy arty.
Yo no sé con ese tipazo, aunque no le vendrían mal un par de kilos más, no sé si me daría por los bañadores, pero los suyos me gustan. Son étnicos, como creados por un artista del pincel y con color. Le sientan como un guante y no son pretenciosos, como esos trikinis que no sirven para nada, tan Kardashian ellos.
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