Anoche nos anunciaban desde Milán la noticia, no del todo inesperada, del fallecimiento del patriarca de la familia Tod´s, Dorino della Valle, a los 87 años en Casette d ´Ete.
Con él se va la artesanía zapatera en esencia, un pedazo de historia de la moda italiana y mundial. Pero nos deja su legado, Tod´s, una de las firmas de zapatos y complementos mejor consideradas y más queridas de la industria, famosa por sus pieles, su comodidad y elegancia.
Audrey Hepurn o Grace Kelly fueron fanáticas de sus mocasines, que pasearon por la Costa Azul y la jet society internacional cayó rendida ante sus encantos, el encantamiento sigue, ya que a menudo hemos visto a Andrea Casiraghi con sus gommino, o Chloë Sevigny entre otros habituales de la firma.
Dorino, hijo de un zapatero italiano, comenzó su imperio en un sótano durante los años 20, posteriormente, su buen hacer hizo que fabricara piezas para otras grandes firmas como Calvin Klein o Azzedine Alaïa. La empresa se expandió en los años 60, cuando su hijo, Diego dio forma a la pasión de su padre por este mundo y durante la década de los 70, Tod´s despegó en un imparable crecimiento internacional.
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