Una gigantesca maleta enarbolando los colores de la marca francesa de lujo Louis Vuitton ha sido colocada justo al lado del mausoleo donde descansan los restos de Lenin, entorpeciendo la vista de transeuntes sobre la plaza Roja de Moscú, lo que, al parecer, ha suscitado la indignación de no pocos residentes y turistas.
La maleta en realidad es un enorme pabellón de nueve metros de alto por treinta de largo de color marrón estampado con el famoso monogram de la firma en amarillo, y sobre el que también presiden dos banderas rusas, y es una réplica de la maleta personal de Vladimir Orlov, un antiguo príncipe ruso.
La polémica suscitada gira en torno a la ubicación elegida para esta instalación, ya que preside una plaza clasificada como patrimonio mundial por la Unesco, ocultando la vista de la catedral de San Basilio y sus coloreadas cúpulas.
Este pabellón albergará del 2 de diciembre hasta el 19 de enero una exposición de maletas Louis Vuitton que pertenececieron en el tiempo a diferentes celebrities de la talla de Catherine Deneuve, Ernest Hemingway, Sharon Stone, Greta Garbo o la mismísima emperatriz Eugenia de Montijo.
Cada objeto está cargado de historia, y nos invita a sumergirnos en un maravilloso viaje. Además, los visitantes tendrán la oportunidad de descubrir la historia de esta marca de marroquinería, a la familia Louis Vuitton, y la evolución del diseño de la marca.
En su página web, Louis Vuitton ha comentado que los beneficios que se obtengan por la venta de entradas para ver esta exposición se destinaran íntegramente a la Fundación Naked Hearts, creada por la modelo Natalia Vodianova, que financia numerosas acciones para niños enfermos.
La acción, sin embargo, está haciendo correr ríos de tinta, porque hay ciertos símbolos que no es bueno banalizar, y las dimensiones gigantescas de este pabellón no son justificables, ¡salvo que siempre hayas soñado con vivir en el país de Liliput!
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