¿Hay algo más natural que el sol? El sol es fuente de vida y su luz es quien confiere a las joyas su eternidad. La parure “Radiant Soleil”, que parece querer jugar al escondite con la luz, es una pieza liviana, sutil y delicada que se posa sobre la piel como un rayo de luz y que se custodia en una caja de cristal para poder saludar a la luna.
La parure “Soleil Radiant” es también un homenaje al Rey Sol, ya que bajo su reinado los ojos del mundo entero se dirigieron hacia Francia, y un guiño a la place Vendôme.
Diseñada por Jules Hardouin-Mansart, el arquitecto de Versalles – por encargo del rey Luis XIV, la place Vendôme brilla gracias a los soles colocados en los balcones que dan a la plaza, y de los que la parure “Soleil Radiant” es una reintepretación estilizada.
Esta parure se compone de dos elementos independientes que se ensamblan a la perfección: un collar de diamantes y una caja de cristal de roca y diamantes siguiendo la tradición de los objetos decorativos firmados por Boucheron.
"¿De qué sirve el sol si se tienen los ojos cerrados?", se preguntaba en su día Salvador Dalí. Pues para disfrutar de la magia de esta pieza, hay que observar con atención su ensamblaje. El esplendor del diamante está aquí reforzado por la variedad de las tallas.
La gargantilla, toda de baguettes, es como una aureola de rayos que alternan los diamantes tapers con los princesa, las baguettes y las tallas redondas siguiendo un preciso y delicado patrón.
Este minucioso engaste proporciona una extraordinaria articulación – cada pieza está unida de una en una, de forma que resulten móviles -, lo que contribuye a proporcionar un carácter único a esta pieza que requirió más de mil horas de trabajo. ¡Espectacular! ¿Verdad?
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