Con motivo del encendido de la decoración Navideña que la firma de joyería italiana, Bvlgari, tenía pensada para decorar la fachada de su majestuosa flaship en Ginza (Tokio), el tráfico se detuvo formándose un colosal atasco.
Todos querían admirar a una enorme serpiente luminosa de sesenta y dos metros de ancho que se enroscaba alrededor de la Torre Bvlgari, alcanzando una altura de casi treinta metros.
Esta extraordinaria instalación cuya estructura reproduce el diseño de uno de los collares de la nueva colección “Serpenti” reinterpreta magistralmente uno de los temas más recurrente de esta gran Maison de Joaillerie: la serpiente - símbolo de inmortalidad y de juventud eterna en la cultura greco-romana.
Para poder entender esta "obsesión", conviene que recordemos los orígenes helénicos de esta familia de orfebres “boulgaris” que, en el año 1887 se trasladó a Italia, fundando la firma que hoy conocemos, emblema del lujo y de la excelencia.
Interpretada en varias ocasiones - en función de las tendencias imperantes -, la serpiente de esta colección presenta una línea mucho más gráfica, con unas escamas extremadamente estilizadas que constituyen una revolución tanto técnica como visual.
Los diamantes y las piedras de colores (rubelitos y cuarzos) aportan un toque de frescor. La serie “Serpenti” se compone de brazaletes, anillos, pendientes y, por primera vez, de un collar realizado en oro rosa, permitiendo, de este modo, crear completísimas “parures”.
Bvlgari sí que sabe hacer las cosas a lo grande a la hora de presentar sus nuevas colecciones. ¿No creéis?
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