Con 'Girls' convertida en un nuevo fenómeno social en las series de televisión, con fans en aumento y una nueva imagen de mujer opuesta al estereotipo de la tan seguida 'Sexo en Nueva York', Lena Dunham se ha acabado convirtiendo en la Carrie Bradshaw alternativa que tampoco es. Lena Dunham solo es ella. Los Manolos de una son los tatuajes de otra. Yo soy de los que se quedan mil veces con la Hannah Horvath de 'Girls' que con la cursilería ficticia de Bradshaw.
Con la promoción y el reconocimiento del público, Lena Dunham se ha acabado convirtiendo en un icono moderno atrayendo la atención mediática a su estilo sin ser ella nada de eso. Ni de mil fiestas, ni de mil alfombras rojas posando con el mejor look ni ser la mujer modelo.
Ella se limita a ser una gran cómica, a desenvolverse con criterio en su trabajo como actriz, guionista y directora, que no es poco. A sus 26 años Lena Dunham ya tiene dos Globos de Oro por 'Girls' y cuatro nominaciones a los Emmy. El estilo no es lo que más le preocupa.
Aún así, como todo, la parte de imagen acaba jugando un papel crucial entre tanta promoción según está el mercado audiovisual. La alfombra roja es un trámite que ciertos productos no pueden ignorar y 'Girls' lo sabe.
Lena Dunham es lo contrario a una top model. A ella ni le importa, como es lo normal. No es una Barbie más, por suerte. Ya le conocemos la expresión: "No me importa si no estoy delgada como el resto de Hollywood". Es preocupante que una profesional como ella tenga que acabar justificando su físico ante las críticas de quienes buscan más Jennifer Love Hewitt huecas. Lo bueno es que Lena Dunham sabe cómo torear el percal con clase: "No estoy súper delgada, pero sí soy delgada en comparación con… Detroit" (ciudad reconocida por su alto índice de obesidad).
Todo esto al hilo de palabras tan necias como "Es una gordita que se parece a Jonah Hill y que no hace otra cosa que quitarse la ropa continuamente". Por nada menos que Howard Stern, un mito de las ondas y los medios de comunicación estadounidenses. El estereotipo Barbie frente a la calidad profesional.
Lena Dunham va por libre. A su lado tiene al estereotipo buscado por los medios y el público encarnado en la sonrisa siempre perfecta de Allison Williams y la particularidad de Zosia Mamet. Y tan normal.
Tanto que se habla de tallas "normales" Lena Dunham es más que un ejemplo. Y nada de Kim Kardashian u otras del estilo.
Sobre la alfombra roja opta por cualquier estilo. La hemos visto enfudada en un mono de Valentino.
Se ha atrevido con el corto en rojo pasión y ceñido.
Aunque la hemos solido ver en colores más apagados. Este berenjena le sentaba muy bien junto a las bailarinas.
No se ha perdido ninguna de las firmas de moda. Con Thakoon a la cabeza, Lena Dunham ha ido apostando por otros nombres como Reed Krakoff o Marni.
Entre sus apariciones más acertadas destaca este Zac Posen con escote barco que le sentó perfecto.
También me quedo con su elección del Prada para los Emmy.
Y ya para un acto más de cóctel, este look de Roksanda Ilincic.
Ahora, que nadie le quite sus tatuajes en los palabras de honor. Que al final, el posar sobre la alfombra roja es algo obligado para ella pero no es su trabajo, como el de otras famosas que solo se dedican a ello.
Mientras se sigue vendiendo humo con tanta talla sin respiración, Lena Dunham sigue trabajando al margen de imágenes y estereotipos. Y se ríe. Y nos hace reír al mismo tiempo.
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