Médicos del Mundo ha calculado que unos 3.700 millones de mujeres en todo el mundo están en riesgo de contraer el virus EVA o ya lo han hecho. Se trata de un virus no biológico hospedado en la sociedad. Este patógeno provoca una enfermedad silenciosa que ya alcanza dimensiones de pandemia por su carácter global, alcance y porque afecta a millones de mujeres de todas las generaciones.
Así de directa es la campaña que ha lanzado la ONG para pedir a la Organización Mundial de la Salud que reconozca los graves riesgos que conlleva la desigualdad de la mujer para su salud. En un informe de 2009, la OMS ya destacó que la sociedad sigue fallando a las mujeres en los momentos clave de la vida. En 2013, centrándose en la violencia de género, su directora general lo calificó de "problema de salud global de proporciones epidémicas". Sin embargo, no se está afrontando con la urgencia que merece algo que pone en jaque la salud de las mujeres en todo el mundo y que si fuera un virus se clasificaría ya en la fase 6 de alerta.
Es por eso eso que Médicos del Mundo ha dado un paso al frente para ponerle nombre a este virus que, según los datos ofrecidos por la misma ONG, hace que el 35% de las mujeres haya sufrido (o vaya a sufrir) algún tipo de agresión física o sexual en algún momento de su vida y que hasta un 38% de los asesinatos de mujeres sean cometidos por sus parejas o exparejas.
También provoca que más de 800 mujeres fallezcan en el mundo cada día por causas relacionadas con el embarazo o el parto y que se pueden prevenir. Cada año, 15 millones de adolescentes se convierten en madres mermando sus posibilidades de futuro y salud. Además, se estima que se practican unos 3 millones de abortos peligrosos cada año en jóvenes menores de 19 años.
Aunque es cierto que las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres, viven con peor salud: el VIH, las dolencias relacionadas con el embarazo y la tuberculosis siguen siendo unas de las principales muertes entre la población femenina de 15 a 45 años.
La campaña muestra casos que ejemplifican cómo las dificultades sociales adicionales que conlleva pertenecer a este género perjudican la salud con salarios y pensiones más bajas que impiden una correcta alimentación o tomar los medicamentos necesarios, violencias que dejan secuelas físicas y mentales, prácticas culturales dañinas como los matrimonios forzados, la falta de investigación y mala identificación de los síntomas de las enfermedades que afectan especialmente a las mujeres...
Son datos que contrastan con este otro: el 70% del personal sociosanitario mundial es femenino. No obstante, el ámbito privado, los cuidados recaen en ellas. Lo que quiere decir que las mujeres cuidan más pero reciben menos cuidados.
Por todo ello, Médicos del Mundo está pidiendo a la OMS que movilice todos su recursos y esfuerzos para promover el desarrollo de una salud pública con enfoque de género, que atienda mejor las necesidades de las mujeres a lo largo de su vida.
Foto: Médicos del mundo.
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