Queremos ver más mujeres que gobiernen países, al frente de grandes empresas, capaces de hacer importantes descubrimientos científicos o médicos, y para ello, es necesario educar a las niñas en la seguridad en sí mismas, en la confianza en sus posibilidades y en la capacidad de defenderse ante la adversidad. Según los expertos, la edad clave para impulsar a las niñas en el "empoderamiento", esa palabreja que tan de moda de ha puesto, es durante la educación secundaria. No se trata de que todas las mujeres alcancemos el poder político o económico, sino que las niñas tengan el control sobre su vida y sobre lo que quieren hacer. Éstos son algunos de los consejos para su educación que pueden ayudar a conseguirlo.
No tratar de ser perfecta
El perfeccionismo de las niñas, sus ganas de agradar a toda costa, son muy habituales. Pero no es una gran cualidad si te lleva a afrontar mal el fracaso o las equivocaciones. Hace que tomes menos riesgos, que te fijes solo en lograr los objetivos en lugar de valorar el camino y el esfuerzo. Claire Shipman, co-autora de The Confidence Code, recomienda ayudar a las niñas a aceptar el fracaso, entenderlo, liberarse de la obsesión por hacerlo todo bien y acompañarlas para seguir adelante.
Apóyarse en mentores
Ya sean profesores, consejeros, tutores o entrenadores, es importante para las chicas encontrar a alguien que les escuche y nos les juzgue por sus errores. Es fundamental identificar a los mentores y apoyarse en ellos para que las niñas acepten sus diferencias y crean en sus puntos fuertes.
Enorgullecerse de los logros
Las mujeres tendemos a pecar de modestia. No damos importancia a cuando conseguimos algo, decimos que ha sido cuestión de suerte o le concedemos el mérito a otra persona, porque tememos pecar de arrogantes. Pero si hemos conseguido algo con nuestro esfuerzo, debemos valorarlo y hacer que los demás lo valoren, creciendo así en confianza y seguridad. Lo ideal es criar a las niñas para que crean en sí mismas y en lo que son capaces de hacer.
Aprender a manejar el dinero
Desde jóvenes, las niñas deben aprender a administrar su dinero, a manejarlo y hacer buen uso de él. Aprender unas nociones básicas de finanzas, como la relación entre el riesgo de las inversiones y los beneficios posibles, el valor del dinero en el tiempo, o los problemas de un endeudamiento excesivo, les ayudará a que en el futuro tomen buenas decisiones relativas al dinero, que ahorren y que inviertan sabiamente. Por ejemplo, una adolescente puede aprender a negociar sus tarifas de babysitter y desarrollar así habilidades para negociar su sueldo en el futuro.
Quererse a una misma
Las niñas pueden ver en sus madres un modelo en el que la carrera profesional es importante, autorrealizadora y satisfactoria, y que se puede compatibilizar con su papel de madres. Nuestras hijas pueden ver cómo se puede priorizar, establecer un buen balance entre la faceta personal y la profesional y tener también tiempo para una misma, sin perpetuar el papel de "madre abnegada". Una buena autoestima es fundamental para ayudar a formarnos como adultos, y Asociaciones de Pediatría como la SAPEP recomiendan fomentarla desde niños con mensajes claros.
Hacerse oír
Es necesario fomentar que las niñas resuelvan sus propios problemas, evitando la sobreprotección. Ellas se deben hacer oír en clase, en los foros de debate, en las asociaciones. Su palabra es importante y debe ser escuchada.
No dejar que los demás definan sus metas
Una de las mejores lecciones que podemos dar a nuestras hijas es que sueñen en grande. Que no sean ellas mismas las que se pongan límites o se conformen con un objetivo menor. En normal afrontar dificultades, barreras y errores, y superarlos les ayudará a ser más fuertes. Es importante que las niñas definan un plan de lo que quieren ser de mayores, ¿qué les motiva? ¿qué les gustaría lograr? Hacer el camino con confianza y el apoyo de sus padres les ayudará a lograr sus metas. Fomentar la motivación desde pequeños les ayudará a aprender más y mejor, a tener claras sus metas y a luchar por ellas.
Que ser mujer no sea la única definición
Olvidémonos de las "cosas que son de chicas" y las que no, de las profesiones aparentemente "aptas" para las mujeres y las que no son femeninas. Cuando crezcan, puede que utilicen el hecho de ser mujer para bien o para mal. Comentarios como "para ser mujer conduces bastante bien" no llevan a ninguna parte, no son ningún piropo, sino al contrario, y no podemos dejar que nos sorprendan, nos pillen con la guardia baja o nos neutralicen.
La cultura es poder
Aprender idiomas, leer, ver buen cine, asistir a conciertos, visitar museos, viajar, en definitiva, culturizarse ayuda a descubrir el mundo, a encontrar tu lugar en él, te da herramientas para argumentar y te sirve para crecer más aún.
Sentando una nuevas bases en las que las niñas decidan por sí mismas su futuro, sin que nadie las diga qué son y cómo deberían ser por el simple hecho de ser mujer, podrán encontrar mejor el camino que las lleve hasta donde quieren. Esas son las niñas y mujeres poderosas que queremos.
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