7 de los países que mejor han luchado contra el coronavirus están liderados por mujeres: esto es lo que ha hecho cada una

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A pesar de los evidentes logros de la mujer en el panorama político, social y económico a nivel global, sólo el 7% de los líderes mundiales tienen rostro femenino.

En medio de la actual pandemia de coronavirus, la mayor catástrofe mundial desde 1945, destaca entre los medios internacionales el informe del Institute of Certified Management Accountants de Australia. Creado con el fin de evaluar la respuesta mostrada por los diferentes gobiernos ante esta crisis, se ha desarrollado un índice de Respuesta Global a Enfermedades Infecciosas (GRID, en sus siglas en inglés).

El estudio (que puntúa la capacidad de liderazgo de cada país para enfrentarse al virus, así como el grado de preparación de su sistema de salud) coloca a los países líderes en esta gestión, por orden: Nueva Zelanda, Singapur, Islandia, Australia, Finlandia, Noruega, Canada, Corea del sur, Hong Kong, Sri Lanka, Emiratos Árabes, Japón, Taiwán, Alemania y Dinamarca.

Llama la atención que de todos ellos, 7 de los que mejor han gestionado esta crisis (prevención, vidas humanas, impacto económico) están gobernados por mujeres, teniendo en cuenta que sólo hay 10 liderando países en todo el mundo.

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Están dispersos por todas partes: en el corazón de Europa, en Asia y en el Pacífico Sur. Y todos ellos, democracias multipartidistas con altos niveles de confianza pública en sus gobiernos, tomaron la 'impopular' decisión de parar antes de tiempo. Una intervención adelantada, con test diagnósticos, rastreo agresivo de contactos y fuertes restricciones de aislamiento… Todo esto antes de tener apenas casos de Covid-19 detectados en sus respectivos países. ¿El resultado? Máxima eficiencia en el control de la pandemia y cifras de muertes muy inferiores a las de sus vecinos.

Analizamos las medidas que están tomando en concreto estas líderes para valorar el hecho diferencial con respecto a otros países donde las decisiones (controvertidas) adoptadas no han resultado tan acertadas.

Líderes

1. Tsai Ing-wen (Taiwán)

Con casi 24 millones de personas y 6 muertes, Taiwán tiene la tasa de mortalidad más baja del mundo. Esta democracia debería haber sido altamente vulnerable a una epidemia originada en la China continental por su proximidad.

Entre las primeras y más rápidas respuestas estuvo la de Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán. Las medidas de intervención agresivas y anticipadas que realizó han controlado la pandemia de coronavirus con tal éxito que ahora exporta más de 10 millones de mascarillas para ayudar a la Unión Europea y a Estados Unidos.

A principios de enero, ante la primera señal de una nueva enfermedad tras ver cómo sacudía a Wuhan, introdujo 124 medidas para bloquear la propagación sin llegar a confinar al país. Este mismo mes ya producía dos millones de mascarillas al día.

Tsai Ing-wen ordenó inmediatamente que se inspeccionaran todos los aviones procedentes del lugar originario de la pandemia y estableció un centro de comando del virus; incrementando la producción de equipos de protección personal como mascarillas y restringiendo todos los vuelos desde China continental, Hong Kong y Macao.

Tsai Ing-wen

2. Jacinda Arden (Nueva Zelanda)

Con casi cinco millones de personas y 19 fallecidos por Covid-19, la gestión de Jacinda Arden contra el Covid-19 ha sido la más exitosa del mundo (según el estudio citado). En este pequeño país insular, su líder ha sido impecable por su claridad y decisión, siendo transparente desde el primer momento con respecto al nivel máximo de alerta al que estaba sometiendo al país y por qué. Mientras tanto, su gobierno y ella se bajaron el sueldo un 20%.

Se adelantó al cierre del turismo e impuso un bloqueo voluntario de un mes en todo el país, cuando apenas se habían detectado 6 casos de contagio y ningún fallecido, pidiendo a todos los trabajadores no esenciales que se quedaran en casa.

Además, obligó a cumplir un confinamiento de 14 días a todos los neozelandeses que volviesen a su país de origen e impulsó las pruebas de test masivas.

En la lucha contra el coronavirus, este país tuvo dos ventajas clave: la geografía y el tiempo. El 28 de febrero confirmó su primer caso: "Tuvimos un poco más de tiempo para pensarlo, y pudimos aprender de la experiencia de China", dijo el profesor Michael Baker, del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Otago, quien ayudó a asesorar al gobierno en su respuesta. La otra fue el hecho de ser una isla alejada de la mayoría de los demás países y con menos vuelos que muchos otros lugares. “Una clara ventaja en nuestra capacidad para eliminar el virus", aseguró Arden.

Jacinda Arden

3. Katrin Jakobsdottir (Islandia)

Los países nórdicos son la región de Europa con menos índice de mortalidad por coronavirus gracias a su estricto y prematuro control de la pandemia, unido a un potencial Estado de bienestar, que siempre suma.

La primera ministra de Islandia, Katrin Jakobsdottir, declaró que "la prevención es la mejor medicina" y para ello ofreció desde el primer día (en concreto desde el 31 de enero) test gratuitos para toda la población que así lo deseara, tuvieran síntomas o no. Es el país que más test ha realizado en proporción a su población (por muy pequeña que sea).

Este plan llevó a las autoridades a identificar mejor y rápidamente a la población en riesgo; incluso a tomar medidas preventivas como la cuarentena (antes de que hubiera síntomas evidentes de coronavirus en el país). Todas estas medidas les han permitido hacer un confinamiento selectivo (obligatorio para personas en riesgo y voluntario para el resto).

Según recoge Forbes, en proporción a su población, Islandia ya ha examinado cinco veces más personas que Corea del Sur, e instituyó un sistema de seguimiento exhaustivo de tal forma que no han tenido que cerrar colegios.

Un ejemplo que, sin duda, se convertirá en un caso de estudio clave en las verdaderas tasas de propagación y mortalidad del virus (frente a países que han limitado las pruebas a las personas con síntomas activos).

Katrin Jakobsdottir

4. Sanna Marin (Finlandia)

Con 34 años, Sanna Marin se convirtió en la jefa de estado más joven del mundo tras ser elegida el pasado diciembre en Finlandia. Según apunta Forbes, se necesitó un líder 'millenial' que, consciente de que no toda la población lee el periódico ni sigue los medios de comunicación tradicionales, buscase el apoyo de 'influencers mediáticos' fiables de todas las edades para difundir información (proporcionada por el Gobierno) sobre cómo evitar la propagación del virus.

Finlandia, con 5,5 millones de habitantes, tardó dos días (junto a Noruega) en copiar las medidas de sus vecinos daneses (los primeros en tomar medidas en los países nórdicos): cerró escuelas y universidades, impulsó el teletrabajo, prohibió las reuniones de más de 10 personas y cerró sus fronteras cuatro días antes de tener el primer muerto por coronavirus en el país. El siguiente paso fue cerrar bares, cafés, discotecas y restaurantes.

Otro de los puntos fuertes en esta gestión fue contar con la labor de la Agencia Nacional de Abastecimiento, que trabaja recopilando suministros médicos. Algo que le permitió acceder a material médico de prevención suficiente... Actualmente el país empieza a recuperar muy poco a poco la normalidad.

Sanna Marin

5. Erna Solberg (Noruega)

La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, reaccionó pronto a la llegada del virus a Europa, con la aplicación de medidas estrictas desde una fase temprana del brote.

Para frenar la pandemia, el gobierno de Solberg decidió cerrar sus fronteras y sólo entraron en el país aquellos con pasaporte noruego o con permiso de residencia o trabajo, mientras que el resto fueron obligados a salir de Noruega.

Solberg convocó además una insólita rueda de prensa dirigida a los niños en la que ofreció respuestas sencillas y directas ante preguntas formuladas por los más pequeños. ¿Puedo visitar a mis abuelos? ¿Cuánto tiempo se tarda en hacer una vacuna? ¿Qué puedo hacer para ayudar? Fueron algunas de las dudas planteadas.

"Está bien tener miedo cuando pasan tantas cosas al mismo tiempo", explicó la primera ministra, mientras aseguró que era bueno sentirse asustado con el fin de proteger a la sociedad. 

Erna Solberg

6. Angela Merkel (Alemania)

Bajo la dirección de la canciller Angela Merkel, científica de formación con 14 años en el poder, Alemania tiene una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo. A pesar de tener 83 millones de habitantes y más de 158.142 infectados, cuenta con un número muy bajo de muertes, muy inferior a la mayoría de los demás países europeos (en comparación, por ejemplo, con la tasa de mortalidad de España: 50,2 / 100.000 habitantes).

En un tono moderado y pausado, se dirigió al país con un discurso memorable y pasó a la acción. Merkel se saltó la fase de negación que hemos visto en otros líderes; asegurando que éste sería un asunto muy delicado que infectaría al 70% de la población: "Es serio, tomémoslo en serio. Es la mayor amenaza que tenemos desde la Segunda Guerra Mundial".

Las pruebas de coronavirus comenzaron desde el principio, realizando 350.000 test cada semana y detectando el virus con la suficiente antelación para aislar y tratar a los pacientes con eficacia. Además, activó todos los recursos sanitarios del país (tienen las camas de UCI con más capacidad de toda Europa).

También formó un gobierno paralelo permanente con los presidentes de los 'länder', el equivalente a nuestras comunidades autónomas, con quienes contacta a diario y constantemente.

"Tal vez nuestra mayor fortaleza en Alemania... es la toma de decisiones racionales al más alto nivel de gobierno combinada con la confianza que el gobierno tiene en la población", dijo al New York Times Hans-Georg Kräusslich, jefe de virología del Hospital Universitario de Heidelberg.

Angela Merkel

7. Mette Frederiksen (Dinamarca)

Mette Frederiksen fue la primera presidenta de los países nórdicos en decretar un estado de emergencia, garantizando el 70% del salario a quienes se quedasen en casa voluntariamente aunque perdiesen el empleo.

De nuevo, reacción rápida y test masivos para seguir los contagios: el país decretó el estado de alarma el 12 de marzo, aunque con un confinamiento selectivo. En ese momento tenían muy pocos casos confirmados pero la pandemia sacudía con fuerza a Italia y España.

El gobierno socialdemócrata danés se centra ahora en levantar paulatinamente uno de los confinamientos más estrictos de la Unión Europea. Aunque la oposición ya ha pedido entrar en la segunda fase para fomentar el consumo y reactivar la economía, la primera ministra insiste en que no se aplicará hasta el 10 de mayo. Las autoridades danesas afirman además que el distanciamiento social durará hasta finales de año.

Mette Frederiksen

Las 7 magníficas

El Washingon Post reflexiona sobre esta situación, y concluye: "Las mujeres han liderado las respuestas más rápidas a la epidemia y ahora están logrando la vuelta al trabajo más temprana. Tienen menos margen de error porque han demostrado ser más previsoras, han lanzado las medidas más audaces de prevención social y su liderazgo es más eficaz, democrático, colaborador y compasivo".

Fotos|GTRES

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