Antaño, la mujeres japonesas para cuidar su cutis lo que hacían era recuperar los trocitos de arroz partido que quedaban en los sacos de algodón, y luego los infusionaban para utilizar el agua de la cocción como loción de belleza.
Con el tiempo, algunas empezaron a utilizar también aloe vera en vez de arroz, ya que comprobaron que este tipo de aguas eran las que más hidrataban la piel de su rostro.
No sé si a vosotras os pasa también, pero muchas veces cuando me aplico algún tratamiento de belleza en crema siento que ésta tarda un montón en penetrar en mi piel cubriéndola tanto que parece como si la ahogara y no la dejara respirar.
Estos tratamientos líquidos basados en agua proponen una textura un poquito gelificada que se transforma en agua al entrar en contacto con la piel. Su textura resulta súper agradable y penetra de forma inmediata en la piel proporcionando un efecto de placer la mar de agradable.
Estos tónicos son una excelente base para una crema de día y de noche porque además de hidratar en profundidad, la preparan para recibir los tratamientos posteriores logrando que los efectos de la crema antiedad se multipliquen y lleguen hasta las últimas capas de la dermis, lo que nos permitirá usar menos crema hidratante.
Fotos | Gtres, Sensai, Chanel, Orlane
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