Hace tiempo que llevo observando una tendencia cada vez más común entre las celebrities del otro lado del charco. La obsesión por lucir figuras exuberantes está en alza y una de las premisas es conseguir una cintura de avispa.
Claro, que no siempre es fácil conseguirla, por lo que cada vez son más las que se unen al Waist Training o el corsé de entrenamiento, una práctica que puede ayudar, pero que puede ser muy perjucial.
Las hermanas Kardashian, Kim, Kourtney y Khloé, son unas acérrimas unas seguidoras del uso de los corsés y son varias las ocasiones en las que nos han dejado fotos en sus redes sociales como las que os muestro en este post.
En principio, podría decirse que la idea (sin pensarla mucho, obviamente) no es mala. Es decir, es una forma de moldear el cuerpo (ojo, moldear, no adelgazar), sobre todo, esas zonas más rebeldes como es la cintura. Sin embargo, ahondando un poco más en opiniones de expertos y en su uso, creo que mejor me quedo con mis michelines.
Hay algunas celebrities que han declarado usarlos durante todo el día o muchas horas seguidas, de manera que consiguen resultados mayores en menor tiempo sin pensar en los riesgos. Jessica Alba, por ejemplo, declaró haberlo usado durante tres meses seguidos, día y noche, después de los embarazos para recuperar la figura. Que sí, que los resultados se notan, pero ¿a qué coste?
Y es que según he podido leer, los expertos opinan que el waist training se debe usar de forma muy muy moderada ya que las consecuencias pueden ser muy negativas para el cuerpo.
Las contraindicaciones del Waist Trainer
¿Os acordáis de la escena de Lo que el Viento de llevó cuando Mammy está apretando el corsé a Scarlett O'Hara? Pues básicamente es lo mismo. Sí, consiste en moldear bajo la presión. Así, si antes se usaban con ballenas de metal y madera, ahora están más evolucionados en cuanto a materiales, pero la finalidad es la misma: conseguir cinturas muy finas comprimiendo.
Además de la primera consecuencia que ya le ocurría a Scarlett O'Hara que era la de quedarse sin aire por la presión (algunas hasta acaban desmayándose), su uso continuado y habitual puede generar problemas y bastante serios. Así, hay que partir de la premisa fundamental que, este tipo de entrenamientos, lo que hacen en estrechar las costillas flotantes, lo que supone que se compriman los órganos internos como veis en el diagrama que os he puesto (sí, puede parecer exagerado pero es la mejor forma de verlo). Esto supone que no puedan ejercer sus funciones correctamente los pulmones, riñones, estómago, intestino...
De hecho, también se habla de que también pueden generar infecciones en la piel si el corsé se lleva demasiado apretado o la formación de cicatrices, como las que nos deja, por ejemplo, el sujetador si lo llevamos muy prieto, pero más a lo bestia. Imaginaos unas marcas que tarden horas y horas en irse y, a veces, como os digo, causar hasta cicatrices.
Pero ojo, porque no acaban ahí las contraindicaciones. Según he podido leer en un artículo de S Moda, el sistema nervioso también se ve perjudicado con el uso continuado durante horas, afectando al nervio femorocutáneo, que lleva la información transitiva entre la parte exterior e interior de la pierna. Así, entrevistaron a un neurólogo del Hospital Clínico Universitario ‘Lozano Blesa’ de Zaragoza y vocal de la Sociedad Española de Neurología llamado Carlos Tejero que explicó...
Si se comprime este nervio puede producirse una “meralgia parestésica”, una sensación de adormecimiento en esa parte del cuerpo. Si la compresión se mantiene podría derivar en un “síndrome de dolor neuropático” y convertirse en un dolor crónico aunque ya no se lleve el corsé. Si el nervio está completamente dañado, no hay solución ni cura posible. El único remedio sería tomar analgésicos (de por vida) que mitigasen el dolor.
Desde luego, la cosa se pone seria. Pero es que también hay que añadir otra posible consecuencia y es que los músculos de la espalda y torso pueden debilitarse ya que se vuelven dependientes del corsé para apoyo. Dos párrafos atrás ya lo deseché y la cosa no para.
Sinceramente, una vez que tienes toda la información, hay que darse cuenta de que los milagros no existen, que igual que las dietas milagro tienen ese efecto rebote, el Waist Training puede tener graves consecuencias para la salud. Como siempre decimos, sobre todo los expertos en la materia, lo mejor es una dieta equilibrada y ejercicio habitual y si queréis una cintura más fina, lo mejor es centrar los ejercicios de forma moderada en esa zona.
Os dejo un vídeo (en inglés) muy interesante con opiniones de chicas que lo han usado y sufrieron varios tipos de dolores y la opinión de algún médico.
Para terminar, sólo me viene a la cabeza un pensamiento y es que tantos siglos de evolución para acabar volviendo a las mismas prácticas de tiempos pretérritos.
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