Nunca he sido muy fan de Versace, ni siquiera en los tiempos de Gianni, pero la firma italiana con su llegada a la Alta Costura, intenta ofrecer algo más, dar un paso más allá de los vestidos sexys. A veces lo logra, pero en la mayoría de los casos, se pierde por el camino. Yo miro la colección y, la verdad, no la veo de Alta Costura, salvo alguna excepción.
Sastrería para el día
Los diseños creados para el día son un buen intento de adaptar el brillo de Versace a la sobriedad del traje. Rayas diplomáticas y dorado funcionan juntos mejor de lo que podría parecer.
Donatella ama el amarillo
Amarillo pollo teñido, para más señas. Es espectacular, llamativo, atrevido y todo lo que le gusta a Donatella.
En esta parte la colección se pierde en un batiburrillo de cuero, vinilo, pieles, tachuelas y plumas. Supongo que tendrá su público, pero yo no pagaría un euro por casi nada de esto.
Vestidos de noche
Lo que de verdad saben hace bien en la firma italiana son los vestidos de noche que abrazan el cuerpo, que consiguen que la mujer sea poderosamente sexy.
El lamé más brillante y las chaquetas largas usadas a modo de vestidos consiguen un look discotequero deluxe.
Algunos toques futuristas, las hombreras como accesorios, las asimetrías en el bajo de los vestidos aportan bastante interés al desfile.
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