A estas alturas se nos han acabado los elogios para Diane Kruger. La actriz alemana deslumbra en casi todas sus apariciones en público en grandes fiestas. A su paso por el evento celebrado por la CFDA y Vogue Fashion Fund ella volvió a triunfar cogiendo un bolígrafo y decorándose su vestido como si de un cuaderno se tratase.
Claro que los garabatos y dibujos no eran de Diane Kruger sino que los firmaba Cushnie et Ochs. La firma estadounidense sigue creciendo poco a poco. Más aún si logra juntarse a famosas como Diane Kruger para que luzcan sus vestidos.
El vestido lo tenía todo, incluso un largo complicado que no es de los más favorecedores pero que en el caso de Diane Kruger no importó porque aún así estuvo guapa. El escote cuadrado fue roto por un tercer tirante aunque lo especial del vestido era el toque infantil que lo daban los garabatos convertidos en un estampado especial.
Diane Kruger lo combinó muy bien aportando el color que le faltaba. Color pastel en el bolso de mano y un azul muy diluido en los salones de Céline con generosa punta. De diez.
Casualmente, estos días Taylor Schilling también se ha apuntado a la moda de los vestidos blancos con detalles estampados con la sensación de estar pintados con tinta. Ya fuese con el vestido blanco de tubo de Zuhair Murad con un clutch en verde de Vince Camuto y unas sandalias de Kurt Geiger.
O con este estilo ladylike clásico y formal.
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