La exclusiva lista de Best Tourism Villages, con la que la Organización Mundial del Turismo distingue a una selección de pueblos con encanto "que lideran el cuidado de las zonas rurales y la conservación de los paisajes; la diversidad cultural; los valores locales y las tradiciones culinarias" (tal y como señalan desde la propia organización), incluye una localidad española que se encuentra a solo una hora de Madrid.
Se trata de Sigüenza, en Guadalajara. Un precioso pueblo medieval a una distancia de solo unos 140 km de la capital de España y que 'National Geoprahic' ha bautizado como "el tesoro medieval no solo de Guadalajara, sino de toda Castilla-La Mancha".
Se trata de un territorio que ha estado poblado desde el Paleolítico y el Neolítico por su ubicación estratégica para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado. Esto ha propiciado que por sus límites pasen: celtíberos, romanos, visigodos y árabes, dejando todos vestigios que muchos llegan hasta nuestros días.
Aunque la joya de la corona es un castillo que domina el paisaje. Esta gran fortaleza, que conserva aún su espíritu altomedieval, Data del siglo XII y es de estilo cisterciense o primer gótico. Por él pasó el rey Fernando VII y su séquito. Después, durante la ocupación napoleónica, se convirtió en cuartel de las tropas francesas. Sirvió de fortaleza, por última vez, en las Guerras Carlistas, una época en la que sufrió grandes destrozos, acabando abandonado.
No obstante, hasta mediados del siglo XIX, funcionó como residencia para obispos y, en la actualidad, se ha restaurado y habilitado como Parador Nacional de Turismo. Además, a excepción de la parte de habitaciones destinada a los huéspedes, se puede visitar.
Otro de los grandes atractivos de esta localidad es su parte renacentista y barroca. Uno estilos que se dejan notar en sus calles y plazas, palacios y casas, conventos y ermitas. Sobre todo, podemos apreciar esta Sigüenza en el Barrio Humanista, en la casa Plateresca o el Palacio Episcopal, en el Convento de San Francisco o Nuestra Señora de los Huertos y, especialmente, en su plaza mayor.
Y es que hay que remontarse al siglo XV, en plena Baja Edad Media, cuando se diseña una de las más bellas plazas castellanas: la Plaza Mayor de Sigüenza. Para ello, el cardenal Mendoza decide derribar un lienzo de la muralla y crear un nuevo espacio diáfano frente a la Catedral, donde celebrar espectáculos y el mercado semanal. Es decir que su construcción simbolizaba el fin de la Sigüenza fortificada y el inicio del auge comercial.
Asimismo, otros lugares de visita obligada son la Casa del Doncel; La iglesia de San Vicente o de Santiago; los restos de murallas que han quedado integrados esparcidos por la ciudad moderna y, por supuesto, la catedral, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos.
La catedral de Sigüenza es conocida en toda España por “El Doncel de Sigüenza”. Este personaje era un miembro de la familia de los Vázquez de Arce, caballero de Santiago, que murió a los veinticinco años en la Guerra de Granada. Puede decirse que es el personaje más famoso de la localidad y su escultura fúnebre se puede ver en una pequeña capilla de la catedral.
No obstante, Sigüenza es mucho más que su pasado y lo demuestra con una gastronomía que le ha valido al municipio dos restaurantes con estrella Michelin (El Doncel y Molino de Alcuenza). Dos razones más para ir este verano.
Si viajamos en coche desde Madrid, llegaremos a Sigüenza por la M-40. Aunque, para tener la experiencia completa, también es posible viajar en tren medieval desde la estación de Atocha. Eso sí, el trayecto dura un poco más de dos horas.
Foto de portada | M.Peinado
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