Si buscas escapar del mundanal ruido y de las aglomeraciones extremas que la Navidad provoca en las grandes ciudades, este pueblo escondido y diminuto de Galicia es sinónimo de desconexión. Rodeado de montañas y bosques, es la escapada perfecta para los solitarios que buscan silencio e intimidad.
Hablamos de Samos, un pueblo con encanto en las montañas de Lugo que ha ganado popularidad porque es una parada del Camino Francés del Camino de Santiago. Por eso durante el verano está repleto de jóvenes que hacen noche en su monasterio benedictino San Julián y Santa Basilisa de Samos, el complejo religioso habitado por monjes más antiguo de toda España.
Sin embargo, Samos fuera de la temporada de verano se queda casi vacío, en silencio y se convierte en un remanso de tranquilidad perfecto para conectar con la naturaleza y disfrutar de la vida despacito. Envuelto entre montañas, tiene enclaves idílicos que son un imprescindible en nuestra ruta por este pueblo, como la Capilla del Ciprés de estilo mozárabe y su enorme ciprés de película.
Adoramos los pueblos de montaña con encanto y este, ubicado en la comarca de Sarria, no iba a ser excepción. Podemos disfrutar de la gastronomía gallega y de las edificaciones de piedra. Pero si hace buen tiempo, hay una ruta de 3 kilómetros al lado del río Sarria muy fácil de hacer por puentes medievales, cabañas de pescadores, para disfrutar del bosque que rodea a este enclave gallego.
Fotos | Abadía de Samos, Concello de Samos.
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