No, Liechtenstein no se pronuncia como tú crees que se hace y si quieres comprobarlo ve a Google Translate y verás que nuestra adaptación no es la más cercana. Y tampoco su capital tiene nombre homónimo. Es Vaduz. Mónaco (Mónaco), San Marino (San Marino), Ciudad del Vaticano (Ciudad del Vaticano) pero Liechtenstein (Vaduz).
Este pequeñito trocito del viejo continente ostenta el título de ser el país de Europa menos visitado por los turistas y nosotras, echando un vistazo a todo lo que ofrece, nos preguntamos los motivos. Quién sabe si estamos a punto de descubrir a la que puede ser la nueva Albania, el lugar menos conocido del Mediterráneo que es el más barato para irse de vacaciones, que hace unos meses se hizo viral en las redes sociales, especialmente en TikTok, por sus playas de ensueño con aguas cristalinas.
Liechtenstein es un principado, una monarquía constitucional, que se encuentra entre Suiza y Austria, por lo que de entrada nuestra mente viaja a paisajes de montaña que nos regalan un verde al que no estamos demasiado acostumbrados por aquí. Se extiende entre el Valle del Rin y la vertiente noroccidental del macizo de Rätikon, que forma parte de los Alpes centrales, lo que hace de este pequeño rincón una visita idílica para los amantes de los deportes de nieve en invierno, pero también una escapada de un sueño para huir de las temperaturas extremas a las que nos enfrentamos, cada vez antes, aquí.
De acuerdo al último estudio prepandemia que realizó la Organización Mundial del Turismo, en 2019 el principado consiguió llevar dentro de sus fronteras a unos 98000 turistas, más del doble de habitantes censados en su población. En España recibimos con los brazos abiertos a 83 millones. Prácticamente lo mismo.
Liechtenstein es todo lo que ya puede que estés imaginando y mucho más: localidades de cuento en enclaves naturales que permiten, de verdad, desconectar, como este pueblo medieval que es una joya románica al pie de los Pirineos, carreteras sinuosas, caminos que se pierden entre los árboles y, por supuesto, castillos. De hecho, el príncipe, Juan Adán II, vive en uno de ellos, concretamente en el de Vaduz, que tiene 130 habitaciones que albergan una colección privada de arte increíble.
Como curiosidad, a pesar de encontrarse a la cola de países atraídos por el turismo, esta es su principal actividad económica como país, sin desdeñar las actividades financieras porque sí, tal y como estabas imaginando en el ADN de Liechtenstein también se incluye alguna que otra pizquita de paraíso fiscal. ¿Tendrá que ver con la poca afluencia de visitantes el hecho de que puede que sea bastante caro poner un pie allí por esto? Quién sabe...
Fotos | Wikipedia
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