Da la sensación de que toda España y parte de Inglaterra se acumulan a día de hoy en Peñíscola. Mientras los turistas hacen cola para poder poner su sombrilla en quinceava línea de playa, hay una alternativa tradicional y menos masificada a pocos kilómetros. Descubre Vinaròs, una joya costera de Castellón con playas de arena dorada, aguas calmas y una delicatessen mediterránea icónica.
Vinaròs es un pueblo de la época romana con mucha historia a sus espaldas. Fue disputado por los musulmanes, atacado por piratas y convertido en puerto comercial durante diferentes siglos, hasta finalmente ganar fama en el sector turístico por sus hermosas playas, su buen clima y sus monumentos patrimoniales.
Su casco histórico esconde auténticas joyas arquitectónicas, como los edificios modernistas Casa Giner o Sendra de la Calle Mayor. Pero la más destacada es la iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Asunción, que fue una fortaleza en el siglo XVI y que ahora sorprende con detalles góticos y barrocos muy poco frecuentes en esta zona de la Península.
Las playas de esta localidad son una auténtica gozada. Empezamos por las playas Fora del Forat y del Fortí, dos playas urbanas en pleno pueblo, separadas con espigones para asegurar una buena mar sin olas ni corrientes. Son muy fáciles de recorrer por el Paseo de Colón, un precioso paseo marítimo lleno de restaurantes, bares y terracitas con ambientazo.
Si avanzamos hacia el norte encontramos calas más salvajes y naturales, conectadas con senderos y pasarelas para poder evitar los acantilados y disfrutar de rincones desconocidos y mágicos. La cala Foradada, la cala del Pastor o del Triador son solo algunas, porque lo ideal es recorrer sus caminos y encontrar tu sitio. Algunas de ellas tienen cuevas y sus atardeceres te cambian la vida.
Vinaròs es turístico, pero su esencia sigue siendo pesquera. Prueba de ello es que es el hogar de un manjar famosísimo: el langostino de Vinaròs, uno de los más valorados del mundo. Irse de este pueblito sin haberlo probado en uno de esos restaurantes mirando al mar sería un pecado.
Fotos | Turismo Vinaròs, Comunitat Valenciana.
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