Convertirse en un icono no es tarea fácil. Puedes ser una estrella o el mejor en tu disciplina pero ser un icono implica que eres irrepetible, fuiste el primero y después muchos te siguen, reverenciándote. La nueva campaña de Alexander McQueen Primavera-Verano 2014 demuestra de nuevo que los iconos no fallan.
La diosa vestal con toque de Xena y pelo de tintín que nos muestra la campaña entronca a la perfección con la fotografía de Steven Klein. Colores saturados para una guerrera con versión mini yo, que parece esperar las hordas de enemigos y la batalla final.
Qué mezclas tan maravillosa: la de su estilo tribal con toque punk y un poco del street de McQueen de los 90, para rematar con un toque de arte de principios del siglo XX. La maternidad sin duda le ha sentado bien a Sarah Burton...
Y las imágenes destilan perfección. Lo que daría una por contemplar de cerca y palpando estas estructuras, estos plisados imposibles y tan dificultosos de crear que parecen arquitectónicos. Y por tener una cara y un cuerpo tan icónico que me hicieran una muñeca barbie ex profeso. Yo como Kate Moss, la luciría por donde quiera que fuera. Y si pudiera, también la vestiría de Alexander McQueen.
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