Estos hombres y mujeres deberían ir en metro al menos una vez al mes (a ver si retoman el contacto con la realidad)

No sé vosotros, pero yo me encuentro a diario con gente que necesita un bañito urgente de realidad. Supongo que es inevitable, cuando alguien se mueve en un determinado contexto de élite, olvidarse de que hay un mundo aquí abajo que no siempre se rige por las mismas normas que el suyo. Por eso, hemos decidido recetarles un paseo en metro, para que recuerden cómo vivimos los pobres mortales.

Bloggers e instagrammers

Ya lo decíamos el otro día: del postureo a la ida de olla hay un paso. Por lo que podemos ver en algunos casos, un paso muy corto. Cuando el drama de una vida se reduce a decidir si hacerse o no un piercing en el pezón o cuando todos y cada uno de los movimientos diarios aparecen (estudiadamente) publicados en Instagram, es fácil perder el contacto con la realidad. El paseo en metro, para ellos, será casi prescripción médica. En hora punta, por favor.

Socialités sin profesión reconocida

En el mundo siempre ha habido hijos de. De hecho, el puesto correspondiente en la sociedad ha dependido durante siglos de en qué extracto social le haya correspondido nacer a cada cual. Pero el contexto ha cambiado, y solo algunos privilegiados pueden vivir de rentas. Al resto, les recomendamos que dejen de vagar de fiesta en fiesta sin un euro en el bolsillo y que se den un paseíto en metro para ver cómo es el mundo real.

Estrellas con altas exigencias

Ya sabéis, esos que dan un concierto y exigen que se pinte toda una planta del hotel de verde menta, que haya ciento cincuenta toallas blancas en su habitación o que en el camerino se les proporcionen doscientas ochenta y tres piezas de sushi orgánico. Como prescribirles un bofetón sería muy políticamente incorrecto, vamos a seguir con lo del paseo en metro o, en general, cualquier actividad que los ponga en contacto con los pobres mortales.

Futbolistas

Imaginaos un contexto laboral en el cual sea normal llegar a la oficina con los auriculares en las orejas, ignorando al personal, con cara de divos y escupiendo a tutiplén. Pues existe y se llama «estadio de fútbol». Les vamos a perdonar un poco porque el estrellato les llega a una edad muy temprana, pero un bañito de realidad no les vendría mal para recordar que quienes los idolatran no pueden soñar ni con una décima parte de sus salarios. Y de las WAGs, mejor ni hablamos.

Políticos y políticas

Es complicado gestionar la economía de un país en crisis cuando se vive en un entorno económico en el que no existe el concepto. Por supuesto, hay miles de políticos de base que viven como el común de los mortales, pero las élites políticas deberían darse un paseo por el mundo real de vez en cuando para recordar cuáles son las dificultades por las que pasan los ciudadanos.

Empresarios del IBEX

No nos cabe duda de que los grandes empresarios trabajan duro, pero la mayoría de ellos viven en una burbuja de lujo que queda muy lejos de las aspiraciones de la gente normal. Un poco de transporte público en vez de llamar al chófer, un café en un bar corriente en lugar de lounges de lujo o cualquier otra medida que los acerque a la realidad de los trabajadores y clientes de sus empresas seguro que sería muy provechoso para todos.