Mi primera impresión al ver a Abbey Lee Kershaw con el super abrigo de pelos, los pantalones a juego, las botas de Jetty y los pelos esponjados fue que a Karl Lagerfeld por fin se le había ido la olla completamente. Pues entre que las pieles estén de moda, el animal print y otro motivos del mundo animal, y lo que se veía por venir en la pasarela hay un abismo de diferencia.
El clima polar de la pasarela con pedazos de hielo traídos de Escandinavia, las cavernas de donde salían las modelos y toda la ambientación del Polo Norte durante la era del hielo, así como el sentir de pronto veríamos un motivo de Green Peace sobre el calentamiento global no ayudaban en nada. No obstante, sólo una mente como la de Lagerfeld puede pensar que las piezas de “furry animal” estarán de moda el próximo Otoño-Invierno 2010/2011, ya que como todo un visionario sabe que seguiremos acabando con el planeta y que entonces puede que tengamos un invierno más frío que este año.
Pero poco a poco ya entrando en materia y viendo sus propuestas en el glacial escenario, se puede ver que aún con esta tendencia medio extraña, el Kaiser logra mantener la femineidad y lo reinventado del estilo Chanel. Como todos, supongo que al visualizar el conjunto debió haber esbozado una leve sonrisa en su afásico e incolumne rostro. Lo que en otros mortales sería una sonora carcajada, al darse cuenta de como se quedaría con nosotros y como estaríamos maquinando para poder digerir los primeros cinco minutos del desfile.
Pronto aparecieron las mujeres de la era del hielo en su versión más sofisticada con botas de peluche largo, pero con abrigos mezclados de lana y pieles, jerseys de cuello alto de doble vuelta e incluso vestidos apeluchados en colores tierra. El clásico saco de tweed de Chanel se llenó de detalles de piel y se acompañó de faldas de este mismo material. Un contraste digno de una zarina de las cavernas.
Coco Rocha apareció con una fantástica cazadora de cuero marrón con el ruedo, el cuello y las mangas de piel marrón oscura. Preciosa y sugerente a pesar de los pantalones peludos. Después, le siguieron varias propuestas del estilo. Hasta los bolsos tenían apliques de pieles en tonos contrastantes con el cuero, sin olvidar la cadena trenzada caraterística de la firma francesa.
Las botas de Jetty tenían un singular tacón transparente para simular un cubo de hielo. Ese detalle no puede obviarse.
Pronto apareció la influencia inuit por medio de vestidos con detalles contrastantes y un toque o de pieles o de flecos en ruedos, mangas, cuellos. Así como vestidos de corte lñady-like super chanelescos y super clásicos. Hasta le han conseguido un nuevo abrigo a Anna Wintour en tweed negro y blanco que lució Anna Gustavsson.
De ahí en adelante vimos el tweed en su versión más gruesa, interpretado como si fueran jerseys de punto grueso a lo abuelita, con leggins, pantaloncillos cortos o minivestidos debajo. Lagerfeld no se olvido de la camisa blanca y su look de colegiala, pero le añadió columenes en chquetas y faldas por medio de tejidos con textura y armados.
Se vieron también vestidos de cashmere y jerseys gruesos. El negro tomó por un momento la pasarela en contraste con el fondo de hielo. Pero, pronto cambiamos al azul con que se identifica éste y al blanco nieve. Se vieron suaves vestidos de crepé, así como Reinas de las Nieves en diferentes versiones, pero siempre con un gran abrigo por encima.
Apareció el encaje, la borla y un Karl Lagerfeld con pantalones blancos a juego con su cabello. Las botas me recordaban a las antiguas polainas en blanco y negro. Todo fue teatral hasta el extremo. Y creo que veremos la colección como piezas sueltas más que como looks completos.
Foto | Coutorture
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