Sabemos lo complicadas que son las rupturas, más si hay cuernos de por medio. Por eso, no nos extraña que la cronología de los acontecimientos que rodean la historia amorosa de Tamara Falcó e Iñigo Onivea está que arde. La pareja ha copado los titulares del fin de semana. Comenzando con su pedida de mano y anuncio de compromiso y, tristemente, terminando con la ruptura imperdonable y el drama. Y la cosa sigue.
Después de que la socialité eliminara su foto amorosa de compromiso junto a Iñigo y este, en vista de que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, confesara pidiendo en un comunicado el respeto a la intimidad (ejem, podías haber respetado a Tamara), la marquesa de Griñón ha decidido cortar por lo sano. Olé tú, Tamara. Tal y como hemos podido comprobar, ha dejado de seguir (o bloqueado) a su expareja en Instagram. Hasta dónde podemos saber viendo su perfil, Iñigo ya no se encuentra entre las cuentas que sigue.
¿Y qué ha hecho él? Acto seguido, la ha dejado de seguir a ella. Y eso que decía que era la mujer de su vida. Quizá se ha rendido o (por fin) se ha dado cuenta de que el que está haciendo el ridículo aquí es él.
Por lo que se sabe, Tamara está hundida y ha vuelto junto a su madre, Isabel Preysler. En su domicilio estuvo arropara también por su hermana, Ana Boyer, y su primo, Álvaro Castillejo.
Estábamos en ascuas por si finalmente Tamara perdonaba a Iñigo después de las disculpas, ahora que sabemos que no, ¿qué será lo siguiente? ¿venganza? Nos extrañaría porque no parece su estilo. Igual Tamara ha hecho caso a los consejos de Maite Galdeano y ha decidido que lo mejor es pasar y seguir con su vida.
Fotos | @tamara_falco
